Estoy al otro lado del mundo, en una provincia de Camboya llamada Kep, en medio de un hermoso parque natural que lleva el mismo nombre y a cargo de una nueva escuela salesiana en este país del Sudeste Asiático, que tendrá por nombre el Centro Vocacional Don Bosco Kep.
La escuela atenderá a miles de jóvenes provincianos que, hasta hace poco, tenían como única opción emigrar hacia Phnom Penh (capital de Camboya) para ingresar en las filas de grandes empresas textiles que requieren una mano de obra barata y sin preparación, o en el mercado negro de la prostitución, las drogas y la criminalidad.
Estas razones llevaron a que salesianos y sacerdotes de nacionalidades que comprenden los cinco continentes decidieran utilizar la sede de un viejo centro de retiros para ampliar el cupo de la actual escuela técnica salesiana de Sihanoukville, creada en el 2000, y así recibir más jóvenes campesinos o venidos de orfanatos y comunidades pobres.
Y es que la pequeña escuela no daba abasto en materia de solicitudes. Tan sólo este año 1.500 jóvenes que terminaron el bachillerato en las provincias meridionales de Takeo, Kompot, Kep y Sihanouk presentaron la entrevista en la institución con capacidad para 250 estudiantes por año, lo que significó que 1.250 jóvenes no pudieron lograrlo.
Como director, y con el apoyo de organizaciones europeas interesadas en ayudar a Camboya, especialmente de los Países Bajos y Alemania, conseguimos los recursos para que la escuela Don Bosco pueda brindar una formación técnica acorde con los requerimientos del pueblo Jemer, etnia que habita en Camboya.
Cuarenta de esos jóvenes que no pudieron pasar en Sihanoukville y que vienen de la misma región de Kep, fueron aceptados para esta nueva experiencia. Se trata de 22 varones, entre los cuales se cuenta el primer joven indígena, venido desde la septentrional provincia de Ratanakirí, y 18 muchachas.
Café colombiano en Camboya
La escuela de comunicación social y la de hotelería se abrió este mismo año, en medio de máquinas que arañan la tierra para poner las bases de un nuevo edificio cuya arquitectura deberá respetar el espacio ecológico del parque.
En octubre de 2012 se abrirá la sección de secretariado y mecánica automotriz y, si se logra encontrar el benefactor, abriremos una sección de artes plásticas y representativas para contribuir en el rescate del arte tradicional jemer, víctima también del extremismo ideológico de Pol Pot.
Para que los estudiantes de hotelería practiquen su oficio, la obra incluye un pequeño y selecto café a la orilla del mar que llevará el nombre de Café Medellín.
Al mismo tiempo, se abrirá una lavandería para garantizar el ingreso de algunos fondos. La lavadora y la secadora de la escuela fueron donadas por una dama del Barrio El Tricentenario de Medellín, perteneciente a la Asociación de Cooperadores Salesianos, quien pidió el anonimato como una acción de gracias a su devoción mariana por favores recibidos.
Por esta razón, la lavandería tendrá también un nombre paisa, traducido al jemer, por supuesto: Lavandería Don Bosco Tricentenario.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6