Una gallina, un perro, un delfín o un caballo. Con el entrenamiento adecuado, todos estos animales tienen la magia para curar. Para mayor precisión, se convierten en una efectiva herramienta para ayudar a aliviar las secuelas del maltrato o los problemas de hiperactividad, o de lectura, por ejemplo.
Así lo afirma el español Teo Mariscal, presidente de la Fundación Bocalán, una entidad presente en más de 10 países del mundo, que se ha dedicado por años a formar expertos en terapia asistida, como sucede, en la actualidad, con un grupo de la Fundación Las Golondrinas, con los que sellaron una alianza de cooperación.
Durante seis meses, Teo entregará su conocimiento a dos sicólogos, Eugenio Henao y Jairo Aristizábal; una trabajadora social, Ana María Molina y una entrenadora de perros, Mónica Echavarría, quienes hacen parte del grupo de trabajo de Las Golondrinas, y que llevarán dos labradores a hospitales e instituciones de la ciudad.
Por ahora, planean hacer un trabajo intensivo en las comunas 8 y 9 de Medellín, en donde se sitúan personas en situación de desplazamiento. Sin embargo, aspiran a ampliar esta actividad solidaria a pabellones especiales de hospitales de la ciudad, dice Gabriela Santos García, directora de la Fundación Las Golondrinas.
Alivio canino
Teo, quien viaja por el mundo dando a conocer esta útil herramienta, precisa que los animales deben ser dirigidos por un profesional, pues de lo contrario se convertiría en una actividad lúdica.
Aclara que no se trata de una terapia complementaria y tampoco "es chamanismo". La propuesta es introducir al animal, en este caso un perro, para "conseguir mayor motivación" y lograr mejores resultados en una terapia planteada por profesionales.
El rango de problemas que atienden es muy amplio, pues pueden ayudar en asuntos simples como tratar un problema de atención o autoridad, en niños o jóvenes; condiciones como el autismo, hasta largos procesos de recuperación tras vivir situaciones de violencia o abuso en adultos y hasta ancianos.
Incluso, han tenido buenos resultados con enfermedades como Alzheimer, Parkinson y Esquizofrenia, reporta Teo.
Optan por perros como Labradores o Golden Retriever, dos razas que alcanzan a tener mayor vínculo con los seres humanos. A los ejemplares jóvenes, mas no cachorros, se les analiza su capacidad de aprendizaje y se les valora que no tengan impedimentos, como el miedo.
En otros países, es usual que estos perros sirvan de compañía permanente, pero entrenados para situaciones de discapacidad, tal como lo registra la página www.fundacionbocalan.org.
Por ahora, durante el entrenamiento que desde ya se hace con casos prácticos, ven cómo con ejercicios prácticos pueden lograr que un grupo de niños acate las normas y respete la fila.
Es que los animales, con su trato y cariño, pueden lograr más rápido cambios en el ser humano.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
