Comienza la etapa final en el fútbol colombiano y de inmediato el tema arbitral da un paso adelante. Los jueces, sin querer, son objeto de polémicas y señalamientos como si fueran los culpables de hechos bochornosos como el protagonizado en Cúcuta por el técnico Jorge Luis Pinto.
Aunque los colegiados aceptan que entre ellos se presentan errores graves, producto de las presiones y el estrés al que están sometidos en los estadios, caminan con la frente en alto y piden que quien tenga alguna prueba de corrupción la entregue ante las autoridades deportivas.
Fulton Vargas, presidente de la Comisión Arbitral, dice que muchos jugadores, entrenadores y hasta dirigentes tratan de ocultar sus fallas e incapacidad en los árbitros. Y que dentro del pánel actual "no hay actuaciones malintencionadas para perjudicar o favorecer a ningún equipo".
Y recuerda que los otrora llamados hombres de negro deben tomar entre 70 y 100 decisiones en tiempo real, "en un medio supremamente hostil y agresivo, bajo calificativos de alto calibre de aficionados y reclamos airados de estrategas y jugadores. En esa medida la posibilidad de que se cometan errores aumenta por la falta de tolerancia".
José Ruiz, director ejecutivo del Colegio de Antioquia, asegura que la Comisión Técnica Arbitral de la Federación tiene culpabilidad en el bajo nivel actual por el manejo: "quisieron dar un revolcón donde exigían el biotipo, según las directrices de la Fifa, pero escogen a dedo y no por méritos. Hay mucho centralismo".
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