Por lo menos catorce personas murieron este sábado, entre ellas cuatro policías, y más de cincuenta resultaron heridas en dos atentados al norte de Bagdad, según fuentes policiales.
En el primer ataque, por lo menos 10 personas murieron, entre ellas cuatro agentes, y otras catorce resultaron heridas en un ataque suicida contra una comisaría cerca de Tikrit, a unos 170 kilómetros al norte de la capital.
Según las fuentes, el atentado fue perpetrado por un terrorista suicida que conducía un carro bomba en la aldea Al Sheij Hamad, próxima a Tikrit, capital de la provincia de Salahedín.
Asimismo, señalaron que el estallido causó daños materiales en edificios colindantes a la comisaría, que resultó completamente destruida, e incendió 12 vehículos cercanos.
Tras el ataque, las fuerzas de seguridad cerraron los accesos a la aldea.
Por otro lado, por lo menos cuatro personas fallecieron este sábado y otras 43 resultaron heridas, entre ellas mujeres y niños, por la explosión de un artefacto en un mercado popular cerca de Mosul, apuntaron fuentes policiales.
Las fuentes explicaron que el atentado ocurrió en la localidad de Senyar, al noroeste de Mosul, y que la mayoría de las víctimas pertenecen a la secta yazidí, una minoría religiosa que se convirtió en blanco habitual de los grupos radicales islámicos.
Los yazidíes, que viven principalmente en el norte de Irak, son una secta milenaria que data de 2.000 años (a.c) y que es considerada por los musulmanes como infiel por su supuesta adoración al diablo.