Toda la vida con ganas de ir al Cocuy, pero tantos mitos y leyendas alrededor crearon un velo que lo hacía inalcanzable. Que secuestran, que matan, que los de allí, que los de allá, que las carreteras?
Pues bien, el equipo zero-latitude.com y otros amigos hicimos caso omiso a estos rumores y decidimos ver qué era tanto ruido y emprendimos una aventura de 12 días hacia esta zona del país.
La cosa arrancó normal como cualquier paseo, contratiempos, carreras, el que llega tarde, el que madruga, pero al final todos embarcados y con un plan de viaje bien estructurado.
Medellín-Suesca para ganar un poco de altura, empezar a aclimatarnos y escalar un poco. Luego hacia Güican (nombre indigena de la Sierra Nevada), Boyacá y desde allí a buscar el refugio que nos daría acceso al Ritack-uwa Blanco, después de darle la vuelta al parque en carro para llegar a la finca de los "Herrera", contratar mulas y poder llegar a la base del Púlpito del Diablo.
Tras 5 días de montaña el viaje perdió altura y nos fuimos hacia La Mesa de los Santos, en Santander, donde escalamos de nuevo y apreciamos una verdadera maravilla natural: el Cañón del Chicamocha.
Nos costó casi 2.000 kilómetros de carreteras, viajes a pie y en mula, perder una llanta de repuesto, conocer al tipo que subió al Everest sin oxígeno, visitar la fábrica de zapatos de escalada de Suesca, desayunar cuchuco con las mejores papas del país, ver el Puente de Boyacá sin gente, ver la Espeletia schultzii, sentirnos como en casa gracias a Julio el del parque.
Ser azotados por 12 horas de viento y nieve, subir a los 5.000 metros sobre el nivel del mar, encontrar holandeses operando turismo informal, experimentar el soroche, hervir la nieve para hacer la sopa, tener chizpasos de creatividad para los nuevos proyectos, viajar con mapas de carreteras y GPS por lo desconocido, dormir en una carpa sin sobretecho viendo atardecer, estrellas y amanecer sobre el Cañón del Chicamocha.
También, encontar arte rupestre entre grietas que contenían huesos humanos, encontrar un geocache con una moneda Alemana, y regresar por la Troncal de la Paz en solo unas cuantas horas.
Han de saber que con el dinero que todos juntos nos gastamos, una sola persona NO lograría viajar ni a Argentina y estar cómoda por días. Y en caso de que lo lograra, ¿con qué cara respondería si le preguntan de montañas, comidas y paisajes?
Mi conclusión es que es seguro y barato viajar por Colombia, las carreteras son para 4x4 pero están buenas, no se de quién o cuál sea el interés de mantenernos alejados de esas maravillas que tiene nuestro país, pero ahí están abiertas todo el año sin temporadas y con ganas de ser registradas por los ojos y cámaras de los visitantes.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4