Barichara, que en el dialecto de los antiguos pobladores significa "tierra de descanso", parece detenida en el tiempo.
El camino empedrado y la tapia pisada, a la vista, remite a un pasado remoto, del que se heredaron tradiciones como la de tejer el fique para hacer costales, tallar la piedra o cocer el barro.
En este municipio, con fama de ser el más lindo de Colombia, todavía se caminan los senderos por donde iban los indígenas Guane, antiguos pobladores en tiempos de la colonia.
Aún se observa con asombro el templo de la Inmaculada Concepción y San Lorenzo, en la Plaza Principal, construida con inmensos monolitos de piedra.
A esta tierra misteriosa y cálida, hay que visitarla y recorrela a pie. Un viaje en el que cada detalle del camino reconstruye una memoria que aún pervive.
Pico y Placa Medellín
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