Fue igual de conocido que Tedy Márquez, John W. Ruiz y los otros pasajeros del vuelo 9318 de Avianca. Ramón Cabrero llegó como un cristiano cualquiera.
Ayer, el nuevo entrenador de Atlético Nacional, el estratega argentino tuvo su primer contacto con Antioquia, tras su llegada a las 4:20 p.m. al aeropuerto José María Córdova.
"Amigo, una pregunta. ¿A quién le están tomando fotos?", preguntaba uno de los conductores del aeropuerto, mientras sostenía un cartelito que decía Cesla.
"Ahhh, sí... ¿Y el otro cómo es que se llama? ¿Mangiola?", repitió el mismo conductor, tratando de descifrar el otro personaje de acento argentino que estaba al lado de Cabrero. Se trata de Ángel Jorge Mamberto, ex director técnico de divisiones inferiores de River Plate y San Lorenzo, quien será el asistente técnico del cuadro verde.
Así fue. Pocas fotos, poca alharaca, una que otra cámara de televisión. Por un día, y sólo por este jueves 21 de mayo, Ramón fue un hombre cualquiera.
"Él no es un técnico más, es un buen tipo, excelente persona y de mucha reputación. Seguro que no viene a robarse la plata", comentó el único pasajero del vuelo que se tomó una foto con Cabrero, Rubén, un argentino que vino de negocios a Medellín.
"Sí, sonó para Estudiantes, mi equipo, pero ahora está con Nacional, y seguro les va a ir bien con él. Tiene una muy buena fama, de poner a trabajar a los equipos", reiteró el viajero gaucho, quien asegura que Nacional es mucho más equipo que Lanús, el ex de Ramón.
A otro precio desde hoy
Aunque en el puente aéreo de Bogotá habló algo, en Medellín pasó la noche sin dar una sola declaración.
"Muchachos, mañana hablo con todos, todo el tiempo que quieran", fueron las únicas palabras al salir del terminal aéreo de Rionegro.
Cabrero, junto a su asesor Mamberto y otro acompañante argentino que fue el que se llevó las maletas, se fueron directamente al hotel Belfort, en donde los esperaban los integrantes del Comité Ejecutivo de Nacional y el presidente del club, Víctor Marulanda.
"En la mañana del viernes estaremos viendo la nómina, dándole a conocer el grupo y cómo es la institución. Luego, antes del mediodía haremos la presentación para los medios de comunicación", explicó el presidente Marulanda, quien delegó en su gerente deportivo, Nicolás Arizmendi, y su comunicador, Ramón Pinilla, la tarea de recoger al entrenador tras su llegada de Bogotá.
Al final, con la llegada de las cámaras de televisión y las preguntas insistentes, los pocos viajeros del jueves en la tarde en el José María terminaron por reconocer al adiestrador argentino.
Al momento de la despedida, algunos pocos le gritaron deseándole suerte. Al fondo se escuchó una frase que más parecía una plegaria: ¡Ramón, Nacional campeón!
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