Con la captura del "carnicero de Srebrenica", como es conocido el exgeneral serbiobosnio Ratko Mladic por masacrar a más de 8.000 personas en 1995, a Serbia se le despejó el camino para ingresar a la Unión Europea.El primero en plantear esa posibilidad fue el presidente francés Nicolás Sarkozy desde la cumbre de los ocho países más industrializados del mundo. Horas más tarde, la alta representante de la UE para la Política Exterior, Catherine Ashton, aseguró que no tardaría en acelerarse el proceso de integración.
Sin embargo, la captura del exgeneral, acusado por el Tribunal Penal Internacional de 15 cargos de crímenes de guerra y de lesa humanidad, incluido el de genocidio, no garantiza la entrada ni la permanencia de Serbia en la UE.
Emilio Viano, analista internacional y docente de la American University de Washington, explicó que aunque los acuerdos de la UE beneficiarían a Serbia en términos de infraestructura, modernización y comercio, el país debe demostrar verdaderos acuerdos de paz con sus vecinos, reconocimiento de fronteras, respeto de derechos humanos y garantías para la reintegración de minorías étnicas que fueron expulsadas.
Y es que Ratko Mladic, de 68 años, era considerado el obstáculo más grande para que Serbia entrara al organismo multilateral y gozara de privilegios que tienen otros países del continente.
Ayer mismo estaba programada su audiencia ante el juez serbio por crímenes de guerra, en Belgrado, pero fue aplazada a causa de supuestos problemas de salud.
Juan David Escobar, profesor de geopolítica y director del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad Eafit, advirtió que aunque Mladic es un criminal de guerra importante, faltan otros iguales o más peligrosos por capturar, y mencionó otros asuntos pendientes que afectarían la relación de Serbia con la UE: "su posición con la Otán y con Kosovo además de sus fuertes vínculos con Rusia."
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