Bien temprano y con las mejores pintas llegaron al aeropuerto José María Córdova, padres, familiares y amigos de los niños campeones del torneo Academia Sol de América cumplido en Estados Unidos.
Y no les interesó la larga espera. Fueron más de hora y media, después del arribo, a las 12:40 p.m. del avión procedente de Miami, para verlos salir por la puerta que decía llegada internacional.
Los gritos llamaron la atención de los presentes, mientras uno a uno fueron pasando con su uniforme y chicaniando con los tenis nuevos. Vinieron los abrazos y las lágrimas de quienes los esperaban con cartel en mano y nombre de cada uno de los integrantes. "Mi amor, ¡cuánta falta mi hiciste!", le decía María Cecilia a su hijo Santiago Vélez, mientras se abrazaban fuertemente y no paraba el coro de "se lució Ochoa, se lució...". Se referían al técnico, Gustavo, quien debió vender su carro para patrocinarse el viaje y ayudar a algunos de sus jugadores.
El cuadro más bonito lo entregó Karen, una niña de ocho años, hermana de Julián Herrera, que no se cansó de llorar, abrazarlo y darle besos.
Todos tuvieron el mayor afecto de sus padres, familiares y amigos. Y eso sí, sintieron un recibimiento de héroes. EL COLOMBIANO los acompañó.
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