x

Pico y Placa Medellín

viernes

3 y 4 

3 y 4

Pico y Placa Medellín

jueves

0 y 2 

0 y 2

Pico y Placa Medellín

miercoles

1 y 8 

1 y 8

Pico y Placa Medellín

martes

5 y 7  

5 y 7

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

6 y 9  

6 y 9

Carta con destino al cielo

Tía, te has ido, pero las heridas, las cicatrices y el dolor, quedan aquí en mi corazón. Me tomará tiempo, quizás mucho, entender tu partida, pero ahora tengo que sacar a relucir la fortaleza que tú nos enseñaste.

  • Carta con destino al cielo | Reuters |
    Carta con destino al cielo | Reuters |
10 de septiembre de 2010
bookmark

Querida tía Belisa: es raro lo que hoy voy a hacer, primera vez en mi vida que escribiré a alguien que partió y que dejó esta huella tan grande en mi corazón.

"Aquí voy, de nuevo al ruedo, después de una cornada que me paralizó el corazón y me dejó sin aliento? y el único objetivo de esta nota es decir ¡ gracias! por tanto amor, tanto cariño, tanto respaldo, tantas alegrías y tantos lindos recuerdos. Tía, quiero decirte en mi nota, lo que no alcancé a hacer cuando vivías y qué mejor que rendirte un homenaje, hablando de tu vida misma.

Muy joven te casaste, pero muy pronto quedaste viuda, reaccionaste como siempre lo hacías ante los grandes problemas de la vida: rápido, con cordura, cerebro y fortaleza. En cuestión de segundos entendiste que no acababas de recibir una noticia sino una responsabilidad: sacar adelante a tus tres hijos y a un legado, tu casa, patrimonio familiar.

Desde entonces tu templanza, decisión, inteligencia, dedicación y gran corazón, fueron claves para el camino que comenzaste a construir: la siembra del amor, "tus hijos", y comprendiste como buena mujer de campo que debías plantar con paciencia y cariño una cosecha que daría sus frutos a largo plazo, y sin titubear, asumiste el gran reto; apostaste a que, en la fértil tierra de esta ciudad, sacarías adelante tus hijos.

Mi querida tía Belisa: gozadora, cuenta chistes, extrovertida, dinámica, generosa, exigente, trabajadora, honesta, fuerte, creyente y apasionada por disfrutar cada segundo de vida. Así, tocaste la vida de muchas personas, dejando huellas invaluables. Todos, de una manera u otra, disfrutamos de tus chistes, refranes, ocurrencias, frases y enseñanzas que ahora facilitan recordarte con cariño.

Tía, tuviste tu primer aviso en noviembre de 2007, una pequeña cirugía te dejó triste y enferma durante varios días y te avisó que tu vida se agotaba. Comprendiste rápidamente el mensaje y aplicaste cambios inmediatos: dedicarles mucho más tiempo a tus seres queridos, a tus hermanas del alma, a disfrutar de cada minuto, te tomaste la vida aún con más intensidad y los problemas con más calma y fácil lograste reunir multitudes a orar en tu nombre.

En las últimas semanas parecías presentir que ese tiempo extra se estaba agotando e hiciste las cosas que más te gustaban: contar chistes, comiste lo que quisiste, cenaste con tus hijos, tus nietos e incumpliste algunos compromisos por quedarte en casa. Estabas lista para irte.

Pero a pesar de ser una gran persuasora, no pudiste convencer a Dios de darte más tiempo y así llegó ese domingo en que tu carita reflejaba tu estado. Así tenía que ser, así debía sorprender la muerte a una persona que vivió con tanta intensidad y que a pesar de tu inmensa fortaleza, no estabas preparada para dejar la vida de otra forma, ni para afrontar una vejez que te limitara tus acciones.

Sólo una mortal enfermedad podía hacer que tus incansables neuronas se desconectaran y tu inmenso y generoso corazón dejara de palpitar. Moriste en tu ley, dejando todo en orden, habiendo alcanzado todo lo que te propusiste, transmitiendo un inmenso legado, tocando la vida de miles de personas, aportando invaluables capítulos a la historia de nuestra familia, siendo una esposa, madre, abuela, hermana, tía y amiga ejemplar.

A ti, querida tía, te recordaré de muchas maneras: sonriendo, cantando, mecateando, contando chistes, dando instrucciones, caminando lento, saludando, rodeada de gente, incluso en el momento de tu último adiós.

Tía, te has ido, pero las heridas, las cicatrices y el dolor, quedan aquí en mi corazón. Me tomará tiempo, quizás mucho, entender tu partida, pero ahora tengo que sacar a relucir todo lo que me enseñaste para que entre familiares y amigos cumplamos el gran deseo que dejaste consignado en las páginas de este maravilloso libro, inculcar en los descendientes el mismo amor, permanecer unidos.

Por eso habrá tía Belisa para rato, inclusive después de ti, porque fue eso lo que tú nos enseñaste. Desde mi rincón para ti, esperando que los Ángeles te entreguen mi nota.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD