Con un centenar de goles en su carrera deportiva, Iván Champeta Velásquez, pisará mañana el gramado del Atanasio Girardot, con el objetivo de prender la "fiesta amarilla".
Quizás Champeta no vivía un momento tan brillante como el actual, desde sus épocas de gloria con Nacional o Tolima, incluso desde el apertura 2008 cuando fue máximo goleador con el Quindío.
Este experimentado atacante de 1.83 metros de estatura es hoy una de las grandes figuras que tiene el equipo opita para afrontar la finalísima en Medellín.
El domingo anterior, cuando con dos goles se convirtió en uno de los jugadores más destacados en la victoria ante Santa Fe, puso a comerse las uñas a más de uno cuando en la segunda parte del compromiso fue reemplazado por el juvenil Jeison Quiñónez, debido a una contractura muscular en su pierna derecha, que lo sacó cojeando del estadio.
El médico y el kinesiólogo del equipo trabajaron desde entonces para tenerlo recuperado y listo para la final. Él personalmente quiso estar de vuelta para el partido del pasado miércoles, quería jugar y anotar. Sin embargo, el cuerpo técnico prefirió cuidarlo y tenerlo listo para el cotejo de mañana.
Mañana saldrá con la satisfacción de haber ingresado al prestigioso grupo de los goleadores del fútbol colombiano con cien anotaciones, las dos últimas conseguidas ante Santa Fe.
No cabe duda de que los goles de Iván Champeta Velásquez fueron cruciales para la victoria contundente de 4-1 contra Santafé, que representaron el paso a la final y el cupo a un torneo internacional; sin embargo, además del logro colectivo, las anotaciones tuvieron una razón más de festejo: la llegada al selecto grupo de máximos artilleros del fútbol colombiano.
Sin embargo, este hecho histórico casi pasa por alto para él, los hinchas y algunos gomosos de los datos. Transcurría el minuto 22 de juego, cuando luego de un desborde y centro desde la derecha del volante Frank Pacheco, permitió que el goleador se levantara, anticipara a los defensas "cardenales" y con un cabezazo certero que despistó a Agustín Julio, marcara su diana número once del torneo y el centenar en sus 34 años de vida y quince como jugador.
El gol despertó el júbilo de los aficionados del club opita, del cuerpo técnico y de los jugadores, quienes contagiados por la emoción pasaron por alto aquel momento.
Minutos después, el jugador cayó en cuenta de su logro y la emoción fue mayor. Una dedicación especial a Dios, a su familia, a Herman Córdoba y Mario Beltrán, compañeros fallecidos tres meses atrás, sellaron el histórico suceso.
Para Iván Velásquez y los demás miembros del equipo, la unión y el compañerismo han sido los soportes del éxito en el Huila 2009.
Pico y Placa Medellín
viernes
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