Quien fuera Presidente de la República Francesa durante doce años, Jacques Chirac, ha sido condenado por delitos contra el patrimonio público. Dichos delitos, considerados probados por un juez, los cometió en complicidad con miembros de su partido político, mientras era alcalde de París, cargo en el que también estuvo muchos años. Contrataban gente a cargo del presupuesto municipal, que nunca trabajó y que en realidad desviaban sus salarios para financiar al partido.
En cuanto a mañas y marrullas, es poco lo que en estas tierras tropicales, que ellos miran por encima del hombro, puede sorprender.
Si por estos lados ya todo el repertorio tramposo está inventado, los arrogantes europeos no se quedan atrás. Eso sí, luego intentarán darnos lecciones de democracia, transparencia y buen comportamiento público.
No deja de ser una humillación para la grandeur de la France un exjefe de Estado -especie de monarca republicano- condenado penalmente. Aunque podrán decir, con razón, que allá por lo menos los juzgan...
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