"La propuesta pedagógica de un establecimiento educativo debe ser compatible con lo que los papás piensan que tiene que ser la familia", afirma Sonia Correa Marín, vicerrectora del colegio San Ignacio de Loyola.
Ella agrega que éste es el primer criterio que se debe tener en cuenta al momento de decidir dónde matricular a los hijos.
Por su parte, para Lina Beatriz Mejía Fernández, rectora del Gimnasio Los Cedros, conocer bien la filosofía del colegio antes de tomar la decisión de inscribirlos, es importante.
Lo que se busca es darles estabilidad en el proceso educativo y evitar los cambios institucionales que hacen que los estudiantes tengan que acoplarse a una nueva propuesta generando, en algunos casos, trastornos en su proceso formativo.
Las preguntas de los padres
Entre las expectativas más comunes de los padres de familia están aspectos como el manejo de un segundo o tercer idioma, los buenos resultados en las pruebas de Estado, la implementación de herramientas tecnológicas o la oferta de actividades extracurriculares. Frente a lo anterior, expertos aconsejan que estos sean considerados valores agregados que complementen la formación integral. Esta tendencia de acompañamiento al estudiante es fundamental en su formación académica y hoy toma fuerza en algunas instituciones educativas.
Con este acompañamiento, lo que buscan los colegios es potenciar las habilidades de cada alumno y propiciar que el proceso de formación respete sus características individuales y su ritmo de aprendizaje.
De acuerdo con María Cristina Carvajal Morales, coordinadora académica del colegio Rudolf Steiner, la educación deber ser personalizada con el fin de que los profesores conozcan las necesidades de cada estudiante.
"Sabemos que si alguien está mal emocionalmente, no va a rendir bien en el colegio, por eso le hacemos un buen acompañamiento", comenta la rectora del Gimnasio Los Cedros.
Mejía agrega que gracias a esto, los estudiantes se sienten escuchados y se animan a participar, no solo en sus procesos personales, sino también en las diferentes decisiones que se toman día a día en los colegios.
Preparar par el futuro
Además de garantizar un buen nivel académico, los colegios deben contribuir a darles las herramientas necesarias para que estén en capacidad de afrontar, más adelante, el entorno universitario y laboral.
Para Lina Beatriz Mejía es fundamental que ellos estén habituados a un ritmo de exigencia alto y que se les insista en ser propositivos y autónomos a la hora de solucionar problemas. "Hoy en día, nuestras egresadas valoran que se les haya educado de esa manera", señala la rectora del Gimnasio Los Cedros.
La formación académica y humana que reciben los estudiantes en los colegios, según Sonia Correa Marín, debe garantizarles a los padres de familia que sus hijos no sólo pasarán a la universidad, sino que se sostendrán en ésta y que, además, podrán trabajar y relacionarse con el mundo tranquilamente.
Por ello, es muy importante enseñarles qué hacer con lo que aprenden y darles espacios de participación para que sean propositivos y argumentativos, cualidades que se requieren en la educación superior y en el entorno laboral.
"Un bachiller debe ser un humano íntegro, tener criterio, capacidad de liderazgo, de decisión, de trabajo en grupo y debe saber enfrentar dificultades sin derrumbarse", afirma Catalina Cardona Villa, maestra de preescolar del colegio Rudolf Steiner.
Otro aspecto que los padres deben tener en cuenta es que el colegio es un lugar en el que sus hijos estarán gran parte del tiempo. Por eso, es importante elegir un lugar seguro en el que los estudiantes estén felices y los papás se sientan tranquilos al dejarlos allí.
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