Comprar una cámara compacta no solo es cuestión de megapixeles (MP). Si las fotos se toman para compartirlas por correo electrónico, archivarlas o subirlas a una red social, 3.2 MP son suficientes. Si quisiera imprimirlas en gran formato la resolución ahí sí cuenta.
Las cámaras digitales actuales no solo vienen más potentes en este sentido, sino que se integran a redes sociales, cuentan con mayores propiedades ópticas y agregan mayor versatilidad.
Un ejemplo es que añaden el formato Raw (que se compara al rollo de la cámara análoga), que deja la imagen tal como se ha capturado, sin compresión, a diferencia del popular JPEG, que comprime y agrega valores como brillo, contraste y saturación, entre otros, con la consecuente pérdida de calidad. Una imagen en Raw podrá luego ser retocada en un programa de edición al antojo del fotógrafo.
Si quiere tener una cámara digital, por movilidad, pero la quiere de buena calidad, pregunte además por el angular (20 mm hacia abajo para fotos que abarquen más); y por la luminosidad, que se expresa a través de los valores del diafragma.
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