La Registraduría dio una voz de alerta ante la falta de recursos para depurar su base de datos y borrar las cédulas de millón y medio de colombianos fallecidos. Esta depuración tiene obvias incidencias en el censo electoral y por ello, los opositores ven en el anuncio una intención de reducirlo para, supuestamente, favorecer la reelección presidencial.
No hay que ser mal pensados, estas personas efectivamente fallecieron y lo que se busca es evitar que otros utilicen la cédula del muerto en las elecciones del 2010.
Incluso para otros mal pensados, hay que aclarar que quienes no alcancen a renovar su cédula, podrán votar con la antigua.
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