La necesidad de un matemático en la Corte es innegable, pues este año quedó comprobado que los magistrados saben mucho de restar popularidad y dividir opiniones, pero nada de sumar o multiplicar y, por eso, las cuentas casi no les dan.
Lo primero fue una terna, pero como la terna se resistía fueron a pedir otra ternita, y como las dos ternas se resistían, les hicieron otra ternita. Sí, de tres en tres, se llenaron los magistrados y, con una palomita para Jaime en la titular, con derecho a foto y pasaporte especial, se acabó el lío para ellos, pero nos dejaron con un enredo numérico, que ni Baldor: terna de seis.
Pico y Placa Medellín
viernes
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