Bahrein y Yemen fueron escenarios ayer de nuevas protestas contra sus respectivos regímenes, en una oleada de manifestaciones políticas que han surgido en Oriente Medio al calor de las revueltas populares de Egipto y Túnez.
Miles de personas tomaron el centro de la capital bahreiní para reclamar mejoras económicas, reformas políticas y constitucionales, el fin de las violaciones de los derechos humanos en el país y la destitución del actual Gobierno.
"Unas 20.000 personas se manifiestan de forma pacífica en la plaza Lulu de Manama y piensan pernoctar allí", explicó a Efe el presidente de la Asociación de la Juventud Bahreiní para los Derechos Humanos, Mohamed al Maskati.
Esta revuelta popular comenzó hace dos días y cuenta con una participación sin precedentes en este país, un archipiélago con una superficie de tan solo 727 kilómetros cuadrados en el que viven poco más de un millón de personas, la mitad de ellas de países extranjeros.
Manifestaciones similares tuvieron lugar también en la capital yemení, donde por cuarto día consecutivo se produjeron enfrentamientos entre opositores y partidarios del presidente Ali Abdalá Saleh.
Desde hace semanas se han celebrado protestas lideradas por la oposición, lo que forzó el pasado 2 de febrero a Saleh, en el poder desde 1990, a echarse para atrás en unas reformas constitucionales con las que buscaba perpetuarse en el poder.
Al menos dos simpatizantes del Gobierno y tres opositores sufrieron heridas en choques que estallaron cuando los primeros atacaron con puñales y bastones a los segundos.
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