La fuerza de las redes sociales para manifestar inconformidades y unir a los ciudadanos en torno a una causa es tan evidente que múltiples gobiernos han optado por bloquearla total o parcialmente.
Las redes permiten compartir los mensajes con mayor rapidez, dan visibilidad internacional y logran un efecto dominó que se expande entre la gente. Por esta razón algunos gobiernos se sienten amenazados y deciden limitar el acceso en su país a redes como Facebook, Twitter y Youtube, o a páginas de Internet que puedan afectar sus intereses.
En momentos de protestas o de filtros de información oficial algunos gobiernos deciden bloquear parcialmente las publicaciones, mientras otros como China y Corea del Norte bloquean la totalidad de los contenidos.
"Con esto se demuestra la falta de aplicación democrática y la falta de aceptación de disidencias con las políticas del gobierno central, principalmente desde el poder ejecutivo", expresa el experto en geopolítica David Santos.
Además, la imagen de los mandatarios se deteriora en el ámbito internacional y son señalados como represores pues "los bloqueos evidencian la ignorancia profunda de las dinámicas libres de Internet porque se vulnera la libertad de expresión y se limita el acceso a la información", indica Mauricio Jaramillo, especialista en periodismo digital. Pero no siempre estos gobiernos alcanzan su objetivo porque inicialmente pueden frenar la protesta pública, pero luego lo que consiguen es una reacción distinta a la esperada "porque cuando la gente está en desacuerdo con las políticas o tiene algo para decir, termina encontrando las opciones", agrega Jaramillo.
Sin embargo, no es posible atribuir a las redes la responsabilidad de los cambios políticos y sociales que se han producido en el mundo porque si bien han ayudado a amplificar la voz de los ciudadanos en casos como la Primavera Árabe, solo son una herramienta que depende del uso que le den las personas.
Igualmente, si las opiniones que se manifiestan por las redes no se sustentan con argumentos en las calles, es difícil que ocurra una variación.
En Internet no solo preocupa la censura, sino también los seguimientos a usuarios con opiniones opuestas a las del régimen, que terminan en espionaje, violación a la privacidad y persecución.
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