Esa costumbre colombiana de convertir a los atacantes en marcadores de punta, le llegó a Danny Aguilar cuando buscaba un puesto en el Deportivo Cali. Hoy, por su experiencia cuidando la izquierda, es el dueño del lateral en Nacional.
"Yo era volante de ataque, jugaba por un costado. Pero cuando estaba en el Cali me retrasaron para tener más oportunidad. Y ya me siento lateral de lleno", cuenta el hombre que dice, que pese a su pasado, prefiere darle una garantía al equipo en defensa y después ver qué se puede sacar en avanzada.
El caso de Aguilar ya lo vivieron otros jugadores, como Diego León Osorio, Camilo Zúñiga, José Fernando Santa y Francisco Mosquera, solo por hablar de algunos casos. Sus días de juveniles terminaron custodiando una banda en la defensa. Aguilar, como le pasó a su nuevo compañero, John Valencia, resignó la posibilidad de jugar la Copa Libertadores por venir a Nacional. Aunque en su caso, aún tenía que convencer al Tolima.
"Cuando volví al Cali me dijeron que Nacional estaba interesado en mí. No lo pensé dos veces, acepté, porque es uno de los sueños de todo jugador", acepta Aguilar, quien jugará en su sexto club en Colombia, tras su recorrido por Cali (2004-05 y 2008-09), Bogotá (2005), Centauros (2006), Córdoba (2007) y Tolima (2010).
Nacido en el municipio de Padilla, Cauca, hace 24 años, forjó sus sueños con la pelota que le enseñó su padre James Aguilar, un zaguero central de paso por el profesionalismo, pero de pocos éxitos. Tratar mejor el balón y correr como pocos la cancha en tan poco tiempo, lo llevó a vivir en Cali desde los 12 años. Allí empezó a pensar en grande. Tanto que desde ayer estuvo en el equipo titular que planteó Santiago Escobar en un mini juego de 60 minutos.
"Vengo a conseguir cosas grandes, lo que en mi carrera deportiva aún no he podido lograr. Pero sé que Nacional está para eso, para meterse a ganar todo lo que juega", dice Danny, a quien no le gusta que lo confundan con Daniel. "Es Danny".
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