En el Evangelio (Mateo 16, 21-27) Jesús no solo anuncia que va a padecer y ser ejecutado, sino también que resucitará al tercer día. Se refiere así a su misterio pascual, que comprende tres momentos: su pasión que culminará en la cruz, la sepultura de su cuerpo en el lugar de los muertos, y su resurrección que es el paso a la vida nueva de su humanidad glorificada.
Y ante la resistencia de Pedro que trata de disuadirlo de padecer, no solo le responde "apártate de mí Satanás" (término hebreo que significa "opositor"), sino además dice a todos: "Si alguno quiere ser mi discípulo, olvídese de sí, cargue su cruz y sígame".
Estas palabras siguen vigentes. La primera exigencia de ser discípulo de Jesús es renunciar a toda forma de afecto egoísta para ordenar y orientar la vida en función del reino de Dios, que es el poder del Amor.
Esta exigencia conlleva la segunda: cargar con la propia cruz, o sea asumir todo lo que implica esa orientación en términos de una disposición a dar la vida misma.
Y la tercera es seguirlo a Él, identificándose con sus enseñanzas hasta las últimas consecuencias. La cruz, hoy señal que identifica a quienes queremos seguir a Jesús, era entonces el patíbulo de quienes se sublevaban contra el emperador romano.
Jesús iba a ser condenado a este patíbulo como consecuencia de haberse puesto al servicio de los oprimidos, siendo así una persona incómoda para quienes explotaban a los demás en función de sus intereses egoístas. Quien quiera seguir a Jesús de verdad, debe estar dispuesto también a serlo.
"¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?".
Con esta frase Jesús nos propone revisar nuestras actitudes, de modo que no perdamos el sentido último de nuestra existencia. Se trata, en definitiva, de aquello que constituye nuestro ser sustancial, en comparación con lo cual todo lo demás es accesorio.
¡Cuántas personas, dejándose llevar por el afán de riquezas, de prestigio y de poder pierden el sentido de su vida, reduciéndola a lo caduco de este mundo, y cerrándose así a la posibilidad de ser eternamente felices…
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