Internet no es un territorio minado que es mejor no cruzar porque puede perder su dinero o la vida. Esta idea ha hecho carrera, al punto de que mucha gente se abstiene de tener una cuenta en una red social, hacer una transacción bancaria en la red o tener un correo electrónico.
Sí, claro, pasan cosas. Muchas de ellas por descuido, o por una intención no tan blanca de alguien que quiere hacer daño y que, de nuevo, tiran la confianza al traste.
Gabriel Mejía* descubrió un día que su novia le había capturado la contraseña de su perfil de Facebook con las preguntas para recuperarla. "¿Cómo no iba a saber la respuesta de mi comida favorita o del nombre de mi perro muerto?".
Su novia se conectaba frecuentemente con su perfil hasta que encontró lo que esperaba: una antigua amiga de su novio que saludó con el clásico: "Hola amor".
Hasta ahí llegó su relación y el Facebook, por el que se comunicaba con su hermano o amigos; y compartía trabajos en el grupo de la universidad.
Gabriel conoce las múltiples formas de configurar la seguridad en la red, lo que no logró blindar fue la confianza en su relación. "Facebook es un juego, y hay gente muy adicta a él, que se cree todo lo que por allí se dice". Precisa que alguien puede bajar una foto de las pirámides de Egipto, y comentar, "Qué rico estuvo el paseo". Así de simple.
La suplantación no perdona ni siquiera a los famosos. El actor español Emmanuel Esparza denunció que habían creado un perfil falso en Facebook, desde el cual pedía que le mandaran fotos desnudas. Pero, ¡sorpresa… El actor no tiene cuenta.
Para Mauricio Andrés Cadavid Hernández, gerente del Tecnología de Plandecompras.com, "internet va a una alta velocidad y como todo proceso cultural, toma tiempo asimilarlo".
En esta línea, cree que la gente se abstiene de hacer compras online porque le da miedo. "Hoy nos bombardean con noticias negativas y algunos programas de alta audiencia hacen énfasis en que si usted se contacta con alguien por la red, lo van a asesinar".
Este imperio del terror impacta muchas veces más que los beneficios que trae acceder a la red de redes. Al contrario de la creencia común, Mauricio es un convencido que se puede vivir y comprar en internet con las debidas precauciones.
Indica que es más seguro hacer una transacción bancaria online por un gran monto que ir al cajero de la esquina y sacar el dinero. O, a veces, comprar en un portal de comercio electrónico que le envía el paquete a su casa, embalado y listo, que irlo a comprar al almacén.
No niega el riesgo que existe, pero también precisa que pequeñas faltas de atención pueden tener grandes consecuencias. Por ejemplo, si va a comprar en un portal, mejor digite la dirección del sitio directamente en el explorador. Eso le evitará entrar a la página desde un vínculo falso que le lleve directo a la guarida virtual del delincuente.
¿Cuántas USB tiene en casa?, se pregunta el consultor en tecnología, Carlos Alberto Diez Arango, en un boletín de Interlan. "Este es una de las mayores opciones de pérdida de información por ser dispositivos fáciles de transportar y de perder", precisa. Allí va el informe de su compañía, las fotos de su viaje o el comprobante de una transacción.
En manos equivocadas va su información y su vida. Cifrar (o encriptar, como también se le llama) un disco duro o mantener un documento con clave puede hacer las veces de un cajón cerrado con llave. ¿O usted deja su pasaporte o su tarjeta bancaria a la vista de todo el mundo?
Los descuidos cuestan. No en vano, la compañía de seguridad Eset, en un estudio reciente, encontró que 63 por ciento de los usuarios le han robado su tableta o smartphone. Y 58 por ciento de los consultados almacena sus contraseñas en dispositivos móviles. ¿En qué manos queda su información?
"La inseguridad no es una característica particular del uso de medios tecnológicos, está en todas las actividades de la vida", precisa Ómar Calvo, consultor en seguridad informática. Agrega que no es que la tecnología sea insegura, per se, sino que es el uso que se le da a ella, la que hace que se convierta en un potencial enemigo.
De allí que de nada vale tener herramientas, múltiples y costosas, si no utiliza el sentido común. ¿O usted dejaría abierta la puerta de su casa cuando se va a dormir? Lo mismo sucede en internet
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