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Desde Rionegro se exportan yates de lujo a E.U.

Calidad y la alta tecnología de yates son claves para ganarse un mercado exigente como el americano.

  • Desde Rionegro se exportan yates de lujo a E.U. | La calidad y apariencia final de los yates que se hacen en Rionegro los ponen de tú a tú con cualquiera del mundo. FOTO CORTESÍA Y JUAN SIERRA
    Desde Rionegro se exportan yates de lujo a E.U. | La calidad y apariencia final de los yates que se hacen en Rionegro los ponen de tú a tú con cualquiera del mundo. FOTO CORTESÍA Y JUAN SIERRA
14 de junio de 2014
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La combinación ideal de mano de obra calificada y mucho más barata que la norteamericana, junto a la alta ingeniería paisa y un clima ideal para el proceso de fabricación son razones claves para que en Rionegro (Antioquia) se construyan yates de lujo que se exportan a Estados Unidos y el Caribe, con precios que oscilan entre 500.000 dólares (unos 1.000 millones de pesos) y dos millones de dólares (unos 4.000 millones de pesos) la unidad.

Navalcat, empresa que emplea a 45 personas, ubicada en zona franca rionegrera y que nació de otra empresa llamada Publifibra, tiene a la potencia del mundo como su mercado estratégico bajo la marca Yachtcat, que en estos dos años de TLC con E.U. no ha obtenido beneficios significativos porque ya venía gozando de los privilegios de trabajar con cero arancel.

No obstante, teniendo valores agregados en Colombia, deben importar alrededor del 50 por ciento de todos los insumos para elaborar los yates.

Los fabrican tipo catamarán (embarcación que consiste en dos cascos unidos por un marco, propulsados a vela o motor) también hay monocascos en el mercado, donde deben importar el 50 por ciento de los insumos. "Nos prefieren por diseño único, por calidad y estabilidad. Es un producto diferenciador que nadie fabrica en Colombia, hablamos de yates de lujo de 30 y 40 pies", dice Jorge Celis, propietario de Navalcat.

El origen
Esta "locura" la comenzó Celis a cristalizar hace 18 años pero desde hace 32 tenía la idea en mente, dado su amor por los motores fuera de borda y su experiencia en procesar fibra de vidrio y mezclas de poliéster. Con su trasegar internacional sabía de las debilidades norteamericanas en el tema de fabricación, por tener mano de obra costosa, rubros y logística cara, le facilitaba al yate colombiano ser competitivo.

La experiencia para fabricar este tipo de embarcaciones la logró Celis con años de trabajo, de asistir a decenas de ferias alrededor del mundo, trayendo esta propuesta innovadora. "El vaciado de fibra de vidrio, las diferentes mezclas en la elaboración de yates, los diseños únicos, la estabilidad y seguridad que brindan nuestros yates catamarán de doble casco son los argumentos nuestros para cautivar a los clientes", que por lo general son personas de altos ingresos que saben del tema y que exigen un producto óptimo.

Para llegar a este desarrollo pasaron 10 años de estudio, de investigación, de pruebas. Por eso es un diseño que está patentado, que permite espacios interiores mejor distribuidos, con 6 habitaciones y baños que conforman un área aproximada de 130 metros cuadrados en una embarcación más amigable con el medio ambiente porque consume la mitad de combustible. "Haga de cuenta un apartamento de esta área navegando por el golfo de México, en aguas de Centroamérica o en el Caribe sin ningún problema de estabilidad, así haya mal tiempo, solo se siente el confort".

El perfil del cliente
Y es que el reto es importante porque las personas que compran este tipo de naves son personas con alto poder adquisitivo, que saben lo que encargan, normalmente lo hacen con un año de anticipación porque quieren tener un "juguete" con todas las condiciones para el descanso o para la pesca deportiva.

David Pride, es un norteamericano capitán de embarcaciones con 40 años de experiencia, está hace cuatro meses viviendo en Medellín solo para inspeccionar los trabajos de fabricación del yate que su jefe le encargó a Navalcat, el cual deberá estar listo en dos meses y medio.

"Me quedaré hasta que esté completamente terminado el yate, debo revisar que todo se haga bien, de acuerdo a lo que queremos porque estaremos en una competencia internacional de pesca en el golfo de México", dijo a este diario.

Es particular que ciudadanos estadounidenses como Pride conozcan sobre la calidad colombiana y, por eso, apuestan por tener una embarcación ideal para competir torneos que entreguen millones de dólares en premios.

Paradójicamente, los colombianos no "creemos en los productos colombianos, por eso no me concentré en el mercado nacional para vender nuestros yates", enfatizó Celis.

Por su parte, Maribel Rivas, representante de compras de Yachtcat, dijo que para ellos es más fácil traer a los clientes norteamericanos, panameños o caribeños que ellos ir hasta allá. "Participar en ferias es costoso para mostrar nuestros yates. Estamos hablando que estar en una feria nos puede costar unos 100.000 dólares (unos 200 millones de pesos) incluyendo todo el tema logístico de llevar una embarcación hasta Estados Unidos.

Uno de los obstáculos que tienen para aumentar el volumen de producción (el promedio de fabricación es de 4 yates grandes al año) pasa por los procesos de aduana con la Dian. "El tema es novedoso para todos, tanto para ellos como para nosotros porque la normativa es poco clara en este tipo de exportación no tradicional. Hay un tema en el que no nos hemos podido poner de acuerdo, nos ha generado sobrecostos y se nos ha convertido en un problema y es el de la propulsión de los yates", agregó la representante de compras. Normalmente trabajan con velocidades entre 24 y 30 nudos (55 kilómetros por hora).

Otro elemento que interfiere la dinámica de este tipo de negocio es la importación norteamericana de yates de segunda, dado el alto volumen que se maneja en ese país y podría ir en detrimento de las exportaciones colombianas.

Plan exportador
En aras de consolidar su presencia en el mercado internacional, Navalcat ejecuta desde hace un año un plan exportador de la mano de Proexport.

Carlos Mario Correa, director de Proexport en Medellín, indicó que el auspicio que le pueden brindar a esta empresa para asistir a ferias internacionales es de 7.000 dólares (unos 14 millones de pesos) lo que implica que la empresa tenga que poner 186 millones.

"Con los recursos que tenemos hay que distribuirlos para apoyar los planes exportadores de 2.000 empresas en la región y esta es solo una. Pero nuestro apoyo es más desde la construcción de agenda de clientes con nuestras oficinas internacionales, traemos compradores", indicó Correa.

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