La visita de Messi a Medellín dejó alegrías y satisfacciones, pero también muchas tristezas, disgustos y desencantos.
Hubo aficionados que salieron contentos del Atanasio porque cumplieron el sueño de ver en vivo a su ídolo, rodeado de otras estrellas, a pesar de que soportaron el retraso de una hora y media, y lamentaron la ausencia de figuras que les habían prometido.
Andrés Felipe Restrepo (14 años) y los adultos Álvaro Ossa y Jorge Tejada, ubicados en sur y oriental, salieron contentos con los 15 goles que presenciaron, así apenas uno haya sido del astro argentino.
Pero cerca de 350 personas (entre ellas algunos niños) que pagaron 1.242.000 pesos por una boleta que les daba derecho a ingresar a occidental y asistir a la cena con Messi y sus amigos en el Intercontinental, lamentan lo sucedido y se sienten engañadas.
Messi compartió muy poco tiempo con ellos (10 minutos en la rueda de prensa), al igual que los otros protagonistas de la Batalla de las Estrellas, pues fueron retirados del recinto debido al "desorden de la gente", señaló el empresario Andrés Barco.
Los deseos de conseguir un autógrafo y la foto con Lionel se frustraron para muchos, lo que desencadenó la protesta que retrasó el juego el sábado. "Fue una burla, una falta de respeto y un incumplimiento por parte del empresario, del manager y del propio Messi para con más de 300 niños de todo el país que pagaron una boleta costosa y solo recibieron promesas que al final no se cumplieron... Creo que Messi quedó en deuda con la afición", dijo Mary Luz Avendaño, testigo del episodio.
Las pérdidas fueron millonarias, pues la organización, que tuvo varias fallas, reportó 19.000 espectadores (esperaba 30.000), incluyendo cortesías.
Pico y Placa Medellín
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