Ocurre que los seres humanos, quién sabe porque suerte de acción mental, recordamos con mayor inmediatez las penas, los dolores y las pérdidas.
O será, como dice la psicóloga española María Jesús Álava Reyes en su libro La inutilidad del sufrimiento: "las circunstancias que vivimos no provocan el sufrimiento, sino que es nuestra forma de pensar esas circunstancias lo que hace que suframos. Por tanto, debemos aprender a ser dueños de nuestros pensamientos. Si lo conseguimos, controlaremos nuestras vidas".
Por eso es que al escribir esta nota, comencé a pensar en los que ya no están y que solo el paso del tiempo nos hará conscientes de la dimensión de su pérdida.
Les dijimos adiós con notas musicales de tristeza y estupor, a Rafael Escalona, Michael Jackson, Mercedes Sosa, y Cachaito López.
La orfandad también se nos hizo pesada en las letras, con los decesos de Mario Rivero, Mario Benedetti, Frank McCourt, Roberto Posada, Francisco Ayala y Levi Strauss, por citar algunos.
Para alegrar el espíritu, bien vale pronunciar el título Los viajes del viento, la mejor película nacional que pasó por nuestras salas, con ese estilo inusitado que propone Guerra para ver a Colombia y oír esas raíces musicales que nos estremecieron fibras, recuerdos y emociones.
Igual, el placer de tener en la ciudad la moda del brasileño Ronaldo Fraga, con la dosis exacta de creatividad que cuestiona y alegra.
Y para cerrar con una fiesta: qué tal pensar en el Museo de Arte Moderno y su cálida presencia en Ciudad del Río.
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