Con la curiosidad de un niño escogiendo regalo en una juguetería, Mauricio Tovar Gómez buscaba su nueva caña para pescar en el almacén Camping.
Ya tiene once pero sigue comprando porque desde que conoció la pesca -hace unos diez años- no puede dejar pasar un mes sin salir dos veces a practicarla.
En la última visita al almacén su elección fue un conjunto de nylon, caña y carretel por 293.000 pesos.
Sin uno de esos paquetes y los señuelos nadie puede salir de pesca, dijo la experta Margarita Gil, socia de Camping, un almacén que vende estos artículos desde hace 23 años.
Un combo ronda los 145.000 pesos, pero se pueden conseguir desde 50.000. El precio varia según los materiales.
La fibra de vidrio en la caña y el plástico en el carretel, por ejemplo, hacen que el precio sea menor. De acuerdo con la experiencia del pescador y su disposición para invertir, es posible encontrar implementos hechos de materiales más costosos, más resistentes y livianos como el grafito y el corcho.
"Con la tercera o cuarta lanzada la diferencia es mínima, pero todo el día en ese plan el rendimiento del pescador que utiliza el equipo más liviano es mayor", contó Margarita Gil. Los almacenes venden combos armados por los fabricantes, generalmente de marcas Shakespeare, Mitchell, Penn, Daiwa y Shimano.
Esos paquetes tienen la ventaja de que vienen balanceados, una característica para tener presente si la decisión es conseguir cada implemento por separado.
Los tres elementos principales deben responder a la misma tensión y al mismo peso. No se puede usar una caña para 15 libras con un carretel para 30 y un nylon para 8. El equipo debe estar compensado en su conjunto pero también debe estarlo con respecto a la especie que se pretenda pescar.
En nuestro medio las sabaletas más grandes pesan dos libras y no tiene sentido utilizar para ellas una caña y un carretel para 20 libras y nylon para 25.
Esos elementos, sin embargo, pueden ser muy versátiles para pescar en distintos ambientes y diversas especies. En lo que es indispensable alternativas es en el nylon y los señuelos.
Para los eruditos en el tema, explicó Margarita Gil, la que se hace con carnada viva no es pesca deportiva porque en ese caso lo que se utilice -cucaracha, saltamontes o lombriz- está haciendo un movimiento natural.
La deportiva consiste en utilizar señuelos artificiales para imitar movimientos, engañar y atraer al animal. Con ese objetivo se venden en distintas formas y tamaños, dependiendo del pez.
Las lombrices engrasadas, con olores especiales y en materiales biodegradables, por ejemplo, sirven para pescar Bass, muy común en la represa de El Peñol. 18 de estos señuelos cuestan 20.000 pesos.
Los llamados cuchara que imitan mariposas o animales heridos son especiales para, la sabaleta y pueden costar 10.00 cada uno.
En cuanto anzuelos, la variedad también es amplia y como todo en la pesca, su elección la determina el tipo de pez, principalmente su mordida. Por eso lo importante es hacer lo que hace Mauricio Tovar Gómez: asesorarse antes de comprar.
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