Hay cosas que hemos ido aprendido con mucho sufrimiento. Por ejemplo, la prevención cuando se avecina una catástrofe. Hasta hace unos años era normal que los desastres naturales nos cogieran dormidos y sin poder reaccionar.
El país ha ido aprendiendo que debe estar alerta ante los avisos de la naturaleza. Y eso fue más o menos lo que se vio el pasado viernes cuando hizo erupción el volcán nevado del Huila ubicado en la Cordillera Central, entre los departamentos del Cauca y del Huila. Dadas las avalanchas, que tienen aisladas a Belalcázar y a Inzá, la tragedia pudo ser mayor, pero por fortuna la comunidad indígena del pueblo Nasa pudo reaccionar, aunque lamentablemente se registraron diez muertos. Ahora es el momento de la solidaridad con estas poblaciones colombianas.
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