Estigmatizada, escondida y por demás, mal atendida. A eso se enfrentan, la mayoría de las veces, los pacientes con epilepsia en Colombia. Las dos primeras por desconocimiento general, la última por negligencia del sistema de salud. Pocos medicamentos disponibles y poco efectivos terminan de completar el panorama.
Pagar alrededor de 900 mil pesos mensuales en medicamentos para controlar la enfermedad es lo que debe invertir Carlos*, un paciente con epilepsia, que asegura que las EPS recetan medicamentos, de primera generación, ya viejos, deficientes, con muchos efectos secundarios.
A los altos costos se suman los prejuicios que los pacientes deben enfrentar por lo cual poco hablan de su enfermedad, dadas las dificultades para emplearse, acceder a la educación, sostener relaciones o incluso, para ser tratados como personas normales.
La radiografía
Una condición crónica causada por un trastorno en la función eléctrica del cerebro, eso es la epilepsia. Una enfermedad que altera la conciencia de forma transitoria y que en el país afecta a 11,3 pacientes por cada mil habitantes, según la Asociación Colombiana de Neurología, ACN.
Una cifra elevada si se compara con las de países desarrollados en los que la epilepsia alcanza los 40 a 70 casos por 100 mil habitantes.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, los países en desarrollo son los que registran cifras más elevadas de la enfermedad, -casi el doble-, debido al mayor riesgo de sufrir afecciones que producen daño cerebral permanente. Entre ellas, infecciones cerebrales, falta de oxígeno al nacer, enfermedades vasculares y traumas craneoencefálicos. Otras causas, más frecuentes, son alteraciones genéticas.
Los daños
La epilepsia es una enfermedad que no distingue edades o sexos. Sin embargo, tiene dos picos de aparición: en los primeros cinco años de vida y después de los 65, así lo advierte Walter González, epileptólogo, coordinador del grupo nacional de epilepsia de la ACN.
Aunque las convulsiones aisladas no generan daño neuronal, cuando las crisis epilépticas se presentan con frecuencia, varias veces al día, los pacientes pierden neuronas y capacidades cognitivas como memoria, aprendizaje y concentración, así lo explicó el neurólogo Luis Alfredo Villa.
Hay que tener especial cuidado porque si bien la enfermedad no representa un alto índice de mortalidad, los pacientes sí pueden morir por accidentes relacionados con la epilepsia como golpes, quemaduras o ahogamiento.
"Otros pueden presentar estatus epiléptico, eso quiere decir que no se controlan las convulsiones, el cuerpo funciona mal y fallecen. Hay otra condición, entre el 8 y el 20 por ciento de los pacientes pueden presentar muerte súbita -la causa de muerte más frecuente en epilépticos- se da especialmente en quienes no se controlan y tienen una larga historia de crisis convulsiva", señala González.
Y es que más allá de los daños cerebrales que pueda tener un paciente epiléptico, los señalamientos sociales son tal vez, los que más lo afectan, pues el aislamiento, la depresión, la ansiedad y los estigmas que los obliga a cargar la sociedad, son afecciones más severas para su calidad de vida. ¿No faltará más educación frente a la enfermedad?.
* Nombre cambiado a petición de la fuente.
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