El huracán Alex se fortaleció ayer en aguas del golfo de México al elevarse la intensidad de sus vientos a 135 kilómetros por hora, mientras se aproxima a la costa noreste de México y sur de Texas (E.U.), informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.
Alex se mantiene como huracán de categoría uno, la mínima en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, pero "tiene el potencial de transformarse en un huracán de categoría dos antes de tocar tierra" y comenzar a debilitarse, indicó el CNH.
El primer huracán que se forma en la cuenca atlántica en el mes de junio desde 1995 se encontraba ayer a unos 175 kilómetros al este de La Pesca (México) y a unos 210 kilómetros al sur-sureste de Brownsville, en el estado de Texas (E.U.).
El ojo del huracán está localizado cerca de la latitud 24,4 grados norte y de la longitud 96,2 grados oeste y se desplaza en dirección noroeste a unos 18 kilómetros por hora.
No obstante, los meteorólogos apuntaron que el vórtice podría tocar tierra hoy en la madrugada en el noreste de México.
El gobierno de Felipe Calderón emitió un aviso de huracán desde la desembocadura de Río Grande hasta La Cruz, en la costa mexicana. Por su parte, el sur de Texas permanece en alerta, desde la bahía de Baffin hasta la desembocadura del Río Grande.
Derrame de crudo se esparce
Alex está agitando las aguas del golfo de México, esparciendo el petróleo derramado en la zona hacia las playas y ahuyentando los buques de limpieza.
El huracán alza enormes olas y genera vientos de más de 40 kilómetros por hora frente a las costas en el delta del Misisipí, desde Luisiana hasta Florida.
En Luisiana, la tormenta empujó una mancha de crudo hacia la Grand Isle y la Isla Elmer, dejando en la playa bolas de alquitrán del tamaño de manzanas.
"Lo triste es que habían pasado tres semanas desde que llegó petróleo aquí", dijo el técnico de ciencias marinas Michael Malone. "Con estas condiciones, hemos perdido todo el progreso que habíamos logrado".
Alerta en Texas
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró en emergencia el estado de Texas ante la inminente llegada del huracán.
El mandatario ordenó el envío de ayuda federal para complementar los esfuerzos estatales y locales de respuesta ante las condiciones de emergencia que se pueden dar.
Las autoridades pronostican fuertes lluvias en los próximos días, así como inundaciones y deslizamientos de tierra.
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