Los anticuchos no tienen nada que ver con los viejos. En cambio sí, con el buen sabor de la comida peruana.
Así lo entendieron los adolescentes que el sábado en la tarde se pasearon por la sede de la Corporación Imagineros, probando, degustando, comiendo lo que acá poco se lleva a la barriga.
Los anticuchos, retomando, son "chuzos" de carne marinada con aderezo especial a base de ají y cocinados a la parrilla.
Hubo comida flambeada, sabores extraños, más allá del típico o del ACPM (arroz, carne, papitas y maduritos).
"La intención es darles más referentes a los muchachos del sector, que vean que el mundo no se acaba en la esquina y que hay mucho más por conocer", dice Zoraya Trujillo, directora de Imagineros, esa institución que desde su casa de Manrique Central busca brindar a niños, jóvenes y adultos, sana recreación y mucha cultura.
Comida del mundo
Ayer el invitado era México. Unas tortillas esperaban rellenarse con carne y formar las chimichangas, un burrito frito, bastante popular en Sinaloa y Sonora.
Y sobre la mesa, que a la vez era un escenario, el chef Manuel Rodríguez le daba forma a una palmera, con tronco de zanahoria y hojas de pepino.
Para él, lo mejor de todo, ha sido la respuesta de los muchachos, dejándose conquistar el paladar y exponiendo su sentido del gusto a aquello que no conocían. Y se asoman a la cocina improvisada para verlo usar el cuchillo o sofreír en ron unas frutas.
"Hay muchachos que no reconocían el brócoli o la coliflor, y lo que queremos es que su horizonte, desde lo cultural, que incluye lo gastronómico, se expanda", agrega.
Y entonces, la sede de Imagineros, el lugar del convite, es un oloroso sitio de encuentro, donde además los pelados tuvieron tiempo para demostrar su talento, bailar, cantar, disfrutar y, sobre todo, comer.
Todo un invento que esperan repetir para que en el paladar de estos muchachos deje de predominar el sabor del arroz con huevo y su mundo se extienda, incluso, desde el sentido del gusto.
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