El aparato músculo esquelético es un mundo grande y a la vez complejo, tiene enfermedades congénitas de tipo primario y secundario.
Alejandro Uribe Ríos, ortopedista infantil del Hospital Universitario San Vicente Fundación, explica que las primarias vienen directamente desde este aparato, mientras que las secundarias son consecuencia de un problema ubicado en otra área del organismo. Por ejemplo, las enfermedades renales y las parálisis cerebrales afectan a largo plazo el sistema óseo y muscular.
Dentro de las patologías congénitas hay unas donde se producen amputaciones, otras que son las polidactilias es decir, se nace con más de cinco dedos por extremidad. También las que producen deformidades de los miembros: antebrazo, fémur, tibia o dedos pegados, entre otros grupos.
Alteraciones óseas
Entre las enfermedades congénitas de este tipo se cuentan el síndrome de Down, el de Turner y otras cromosomopatías es decir, enfermedades producidas por alteraciones de los cromosomas.
"Hay unas congénitas comunes como la displasia de la cadera en desarrollo y el pie equino varo aducto", añade el especialista.
Específicamente la displasia se presenta en aquellos bebés que nacen sentados o que en el proceso final del embarazo el feto quedó sentado.
Es más frecuente en el sexo femenino y se da más en pacientes con antecedentes de esta displasia o con deformidades en otros sistemas del organismo. Esta afección es más conocida como estar descaderado o luxación congénita de cadera.
"No es que se la luxe (la cadera) en el parto, no es que se la sacaron cuando nació, eso es casi improbable, el niño no se luxa en estas maniobras. El niño durante su desarrollo no forma ciertas estructuras normalmente, tiene rupturas o la cadera se desarrolla tan mal que se sale", sostiene Uribe Ríos.
Lo ideal es tratar la enfermedad antes de los seis meses y como máximo antes del año.
Pie chapín
El denominado pie equino varo aducto, también conocido como el pie chapín, ocurre cuando esta extremidad es empinada y volteada hacia adentro. Al igual que la anterior, su diagnóstico temprano es importante para tener un mejor tratamiento, aunque puede ser tratado en cualquier momento.
El procedimiento más usado para tratar dicha patología es el método de Ponseti que consiste en la colocación, cada semana, de yesos en el miembro afectado y posteriormente, una cirugía cuando el paciente ha logrado cierto grado de corrección. Este tratamiento debe hacerse ininterrumpidamente para tener éxito.
Lesión de plexo branquial
Se presenta cuando el niño nace con una afección en los nervios y de acuerdo con la severidad puede manifestarse en el brazo, antebrazo o en la mano, impidiendo su movimiento.
En los primeros tres meses de vida se debe hacer un seguimiento juicioso al paciente y dependiendo de lo observado se define si se hace o no una cirugía microquirúrgica.
"Se necesita una evaluación especializada en los primeros tres meses para poder definir hacia dónde va esa patología", asevera el ortopedista infantil.
Las infecciones
Adicionales a las anteriores, hay otras enfermedades que afectan al sistema músculo esquelético aunque no son congénitas. Entre las más frecuentes están las infecciones osteoarticulares.
Se producen en cualquier tipo de población, pero es prevalente en personas con algún grado de desnutrición o mal nutrición.
"Todos tenemos gérmenes en la sangre y en todo el cuerpo, pero es más frecuente (la enfermedad) en quien tiene un proceso como un golpe o una sobada. Es muy frecuente sobar las fracturas y esto aumenta la posibilidad de que esos gérmenes se incrementen en el cuerpo. La sobada, más la desnutrición, más la malnutrición, más los gérmenes, provocan la infección en el hueso, que si no se trata deja unas secuelas permanentes o mata, porque da una infección en la sangre llamada sepsis y ocasiona la muerte", añade el especialista.
Estas son infecciones primarias al hueso, es decir, no son secundarias a una cirugía y se presentan en cualquier edad, aunque con mayor frecuencia en menores de 10 años.
Patologías raras
Existen unas enfermedades que son muy escasas en la población. Se presentan en los niños y son del metabolismo del cuerpo o del metabolismo óseo.
De ahí la más frecuente es la enfermedad de Morquio, donde el paciente se caracteriza por tener una talla muy baja, con deformidades en las extremidades, en la columna y unos rasgos faciales típicos.
Uribe Ríos aclara que no se trata del mal llamado enanismo, pues las personas con esta alteración se conocen como aconDROP lásicos.
De igual forma está la osteogénesis imperfecta, conocida como huesos de cristal, que tiene distintos grados de severidad. El afectado puede nacer con múltiples fracturas o no sobrevivir por la misma razón.
"La persona se fractura con mucha frecuencia durante toda la vida. Esa enfermedad, a medida que la persona crece, va disminuyendo, pero toda la vida va a tener sus manifestaciones y secuelas, porque las múltiples lesiones dejan muchas deformidades y acortamiento de extremidades", explica Carlos Francisco Pineda Larrota, ortopedista de la clínica Las Vegas.
Esta afección está acompañada de un signo que son las escleras azules, es decir la esclerótica de los ojos teñida un poco de azul que, a veces, permite diagnosticar la enfermedad, añade el médico.
Hay casos menos severos que le permiten a la persona llegar a los 30 ó 40 años de vida.
Alteraciones del colágeno
Una enfermedad propia de esta proteína es el síndrome de Ehlers-Danlos, que ocurre porque los ligamentos carecen del tipo adecuado de colágeno y son demasiado elásticos.
"Son los niños hiperelásticos por las articulaciones afectadas. Es una enfermedad muy incapacitante que puede dejar daños permanentes porque los pacientes tienen deformidades de la columna, como escoliosis severas, presentan deformidades de los pies, pueden tener problemas del corazón y de los ojos, porque el colágeno está en todas partes", afirma el especialista del San Vicente
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