Como si fuera un mero cuerpo inerte, sin historia y sin nadie esperándola afuera, así permanece en la morgue de Quito (capital de Ecuador) el cadáver de Daniela Piedrahíta, una paisa de 20 años que en Medellín tiene una hija.
Yuli, su hermana, y Marta Piedrahíta, su madre, imploran una ayuda para poder repatriar el cuerpo de Daniela, pues no cuentan con un solo peso para asumir los gastos de la traída de su familiar. Es una familia de estrato 1 residente en un barrio de la periferia de Medellín.
Las circunstancias en las que Daniela murió son investigadas en el vecino país. Los medios de comunicación de Quito reportaron el pasado jueves un tiroteo en el sector conocido como La Mariscal, en el cual la víctima fue la colombiana, que fue identificada allí como Andrea Zapata, de 25 años.
Pero este nombre no corresponde, pues el real es Daniela, de 20 años. Ella había vivido allí en dos periodos: uno inicial hace dos años y medio, donde conoció al que sería su compañero sentimental y a quien la familia acusa del crimen.
Se trata de un bogotano residente de ilegal en ese país, cuya unión fue un fracaso para la chica, que regresó a Medellín desilusionada. Acá conoció a otro hombre, pero este la amenazó de muerte y ella volvió a Ecuador en calidad de refugiada.
"Allá se reencontró con su excompañero, volvieron, pero otra vez se separaron, entonces él la amenazó que la iba a matar", narran Yuli y doña Marta, su madre.
El miércoles, hace 15 días, Daniela llamó a Yuli y le dijo que el sujeto seguía con sus amenazas, "sentía miedo porque unos familiares de él habían salido de la cárcel y corría peligro", cuenta Yuli, que le insistió que se viniera, pero ella no quiso hacerlo.
Decía que estaba enamorada de Ecuador y que quería conseguir con qué darle un mejor futuro a su hijita, que en noviembre cumple tres años. Pero todo ese sueño se truncó el jueves pasado a las 00:30 horas, cuando luego de la balacera, Daniela quedó tendida en el piso.
En la escena del crimen, un testigo dijo a medios ecuatorianos que había visto al exesposo, pero el testimonio apenas se investiga allá.
La familia de Daniela en Medellín solo supo del deceso el lunes en la tarde por unos mensajes que una amiga de ella en Quito envió al facebook de Diana, la otra hermana de Daniela.
"El mensaje decía que le tenía una mala noticia, que a su hermana la habían matado".
Buscando un mejor destino y el futuro de su hija, Daniela halló la muerte en una calle de Quito. Su familia apela a la solidaridad de los antioqueños para que le ayuden con los gastos de la traída del cadáver.
Quienes deseen hacerlo pueden contactar a la familia en el teléfono 314 834 6830.
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