Guardar pequeña cosas, romper el ambiente con elementos que nada tienen que ver con la decoración habitual, pero que se convierten en prácticos contenedores, y se disgregan por toda la casa desde la cocina hasta el baño y en área exterior de la vivienda.
La fibra se ha convertido en un complemento fabuloso para ofrecer un ambiente más natural.
El deseo de estar en contacto con la naturaleza permite ser más flexibles con el mobiliario y con los complementos, aunque nuestro hogar no se encuentre precisamente en un lugar donde la temperatura permita hacer una vida al aire libre.
La terraza y el jardín han dejado, hace tiempo, de ser los únicos lugares idóneos para este tipo de decoración.
Baúles
La habitación suele ser un lugar ideal para colocar un elemento decorativo informal y que sirva para aligerar el espacio para guardar ropa de cama o incluso ropa de otras temporadas.
Los pies de la cama es la zona propicia para colocar un baúl de mimbre o ratán, un elemento que recuerda la casa de las abuelas, ligero, pero generoso en el espacio que además sirve para solventar problemas de espacio. La ligereza de los materiales permite introducir aromas de forma que por cada uno de sus resquicios se cuelen fragancias que hagan más atractiva la estancia.
Cocina y baño
La mesa se ha convertido en el lugar perfecto para adaptar cualquier tendencia del mobiliario.
Los individuales para un almuerzo o cena informal de ratán dan un toque informal al encuentro, combinados con colores neutros ofrecen a la mesa un elemento próximo a la naturaleza aunque el encuentro se produzca en el interior de la vivienda.
Los cestos de corteza de chopo se utilizan como improvisada panera y servilletero e incluso para mantelería diaria.
Unos sencillos vasos de agua se transforman en elementos más sofisticados si les añadimos un forro de mimbre y los aproximamos a la mesa con una sencilla, pero colorida bandeja de rafia.
Cuando el lavamanos del baño vuela sobre una encimera dejando libre la zona inferior ofrece mayor sensación espacio para colocar bajo el lavabo, como si se tratara del escondite ideal de una pitón lista para salir al exterior en cuanto escucha la flauta del encantador de serpientes, un cesto de ratán con tapa es el lugar ideal para tener a mano la ropa de baño. O si se prefiere su utilidad puede modificarse para albergar la ropa sucia.
Los cestos en este habitáculo de la casa son también de gran ayuda desde cosméticos hasta elementos para la higiene personal pueden ordenarse de manera sencilla y práctica.
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