La seguridad para los habitantes es el gran reto que persigue el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, no solo en orden público, también en infraestructura y ordenamiento territorial. Estos sus planteamientos.
En Medellín Cómo Vamos usted le hizo un pedido de mayor eficiencia a la Policía, en cabeza del general José Ángel Mendoza, e incluso pidió transparencia. Comencemos la conversación por ese llamado fuerte que usted le hizo a la Policía.
“Yo en realidad soy una persona y un gobernante bastante institucionalista, entonces, trato de ser muy cuidadoso en mis mensajes sobre las instituciones y muy constructivo. Trato de sumar esfuerzos entre las instituciones, antes que dividir o generar controversias. Pero, indudablemente, hay ocasiones en las que también hay que ser francos y llamar la atención sobre aspectos que deben ajustarse y mejorarse. Pienso que la policía es una de las piezas absolutamente claves de la seguridad ciudadana en Medellín y en cualquier otra ciudad de Colombia y creo que hace un trabajo admirable y la ciudadanía y las instituciones debemos respaldarla, pero, también, fiel a mi constante llamado de mayor exigencia de mejores resultados al Gobierno en su conjunto, también lo hago con la Policía. ¿Por qué? Porque nosotros verdaderamente hemos apostado fuertemente por la Policía, porque hemos logrado con el apoyo del Gobierno Nacional desatrasarnos históricamente del déficit de policías que tiene Medellín, y esos 2.000 policías que han venido a reforzar la estrategia de cuadrantes han sido, además, dotados con herramientas para que cumplan su función adecuadamente. Esto es patrullas, motos, radios, celulares, equipos de comunicación, además, hemos construido y entregado tres nuevas estaciones de Policía, hemos entregado CAI móviles, hemos entregado un laboratorio de criminalística. Entonces, todas estas inversiones han producido resultados, pero tienen que producir mejores resultados y ahí va mi pedido de mayor eficiencia y mayor eficacia. Muy especialmente en relación con el Centro de la cuidad, porque ahí hemos concentrado buena parte de ese aumento del pie de fuerza y de ese apoyo a la Policía y allí hemos tenido disminución del robo en establecimientos comerciales, disminución de homicidios, pero hemos tenido aumento en el hurto a personas, hemos tenido una queja constante de extorsión y, aún cuando ha disminuido el robo de motos y automóviles, han bajado muy poco frente a lo que tenían que haber disminuido. Entonces, lo digo con todo el respeto, el apoyo y la admiración que le hemos dado a la Policía, pero también con toda franqueza y claridad: hay que presentar mejores resultados en la estrategia general y en la estrategia del Centro, muy especialmente en lo que tiene que ver con hurto de personas, de residencias, de celulares y extorsión”.
Cuando ocurrió el hecho de El Raudal, la pregunta que quedó fue cómo llegó una granada allá. ¿Qué está pasando en el Centro, que permite que en al corazón de la ciudad llegue una granada y genere todo lo que ocasionó?
“En la pregunta anterior, como en esta, hay un aspecto que no se puede desconocer y hay fenómenos de falta de transparencia y corrupción al interior de algunos miembros de la fuerza pública. Desafortunadamente la corrupción permea a muchas, por no decir que a todas las instituciones de la sociedad, de una manera u otra. Estamos combatiendo cualquier fenómeno de corrupción, los altos mandos de la Policía y el Ejército para mi son una garantía total, pero, indudablemente, en mandos medios y operativos tiene que haber actitudes faltas de transparencia y eso hay que atacarlo con toda la fuerza. ¿Por qué hago la observación? Pues hombre, porque una granada es de uso privativo de la Policía y del Ejército y si está en manos de los bandidos es porque algo facilitó que llegara a sus manos, ellos no fabrican granadas, por eso hemos pedido, y en eso el general Mendoza ha sido supremamente radical al interior de la Policía, las investigaciones internas para buscar la ruta que nos pueda llevar a saber de dónde pueden estar filtrándose o produciéndose los fenómenos de corrupción que permitan que a manos de un criminal llegue una granada de uso privativo de las autoridades. Hemos avanzado con la Fiscalía en la investigación de los indicios de ese hecho y de los posteriores. Espero, sin generar expectativas desmedidas, que la recompensa de 50 millones de pesos que hemos ofrecido a quien nos dé información sobre la granada en El Raudal y las granadas en Barrio Triste nos den resultados. Lo que tenemos claro es que esos episodios dolorosos tienen relación con la guerra que le estamos haciendo al microtráfico y que está ligada a las más de 46 ollas de vicio que hemos desarticulado, especialmente, en el Centro de la ciudad. Sabemos que ese ataque a las ollas nos lleva a retaliaciones internas de los criminales y contra la institucionalidad, pero no vamos a cesar en ese empeño de atacar las bandas dedicadas al microtráfico en la ciudad”.
Usted invitó a El Colombiano a un recorrido nocturno por el Centro y no hay palabras para describirlo. Usted hace una intervención que deriva en recuperar esas propiedades y una zona, pero que genera un efecto de alto impacto también, porque la sensación que queda es que hubo oportunidad de sacar a esta gente de las cuevas, pero faltó el paso dos y es dónde darles apoyo. ¿Faltó estar preparados para el paso dos?
“Yo he dicho en ese tema que tengo que asumir el costo político que representa hacer visible ante la sociedad un problema que estaba ahí, pero que estaba totalmente enterrado, escondido. 600, 700 y 800 personas que llevaban meses, algunos años, consumiendo droga en locales blindados. La Policía ha tenido que llevar vehículos pesados para romper las estructuras que habían construido estas personas y quienes los esclavizan con el microtráfico para enterrarlos por meses y por años. Asumo ese costo, porque creo que es una responsabilidad frente a la sociedad y frente a la ciudad. Ahora, entiendo la angustia de la gente en el sentido de observar cómo espacios públicos están tomados por los ciudadanos que han salido de estas ollas y entiendo que la gente se pregunte si la Alcaldía no tenía pensada la fase dos. Y el tema hay que hablarlo con franqueza: la normatividad no nos da todas las herramientas para atacar la problemática desde el punto de vista integral, la normatividad establece la obligación de destruir las ollas, pero no nos da los elementos para llevar a esos ciudadanos a una atención médica o para llevarlos a un sitio diferente a donde están. Entonces, allí nosotros estamos en una disyuntiva compleja y es que las normas no nos permiten las acciones que los ciudadanos piensan que deberíamos llevar a cabo y, por el otro lado, no desconocemos que la situación no puede quedarse en ese statu quo. Por eso, estamos trabajando en la estrategia del sistema de protección a la vida, que estará respaldada con los recursos del Fondo Medellín ciudad para la vida, y queremos buscar todos los mecanismos para lograr que estas personas recuperen su proyecto de vida, ahí tenemos que hacer la combinación de autoridad con obligatoriedad. Yo quisiera que los ciudadanos de Medellín pensaran en lo complejo que es tener a una persona drogadicta en la familia, familias de estrato 6 se ven superadas por ese problema, un solo drogadicto en una familia llena de amor, recursos y con todas las posibilidades de atender esa problemática y se sale de sus manos”.
Usted en la campaña prometió crear la Secretaría de Seguridad y, en efecto, la concretó, pero ¿qué le dicen tres secretarios en propiedad y uno encargado en 30 meses? ¿Problema del funcionario o del perfil de la dependencia?
“La Secretaría de Gobierno ha sido, casualmente en Medellín, no solo en mi Gobierno, una de las instituciones con más cambios y más movilidad. ¿Por qué? Porque es una Secretaría muy compleja. No es la Alcaldía de Aníbal Gaviria un fenómeno especial en la movilidad. Ahora, yo estoy convencido y satisfecho con los cambios y las instituciones que hemos creado, entre ellas la Secretaría de Seguridad. Porque, más que mirar la movilidad, veo los resultados. Hay una disminución de homicidios, histórica en Medellín, superior a la de cualquier otra ciudad capital de Colombia. También hemos disminuido los robos de motos y carros, violencia intrafamiliar, lo que la Secretaría de Seguridad vino a hacer es coordinar las acciones de otras instituciones, la Fiscalía, la creación de un nuevo Gaula. Entonces, yo reconozco que ha habido una movilidad, pero no ha afectado los resultados. En 2013, uno de cada cuatro homicidios que se disminuyeron en Colombia fueron en Medellín. En 2014 Medellín tiene la tasa más baja de las mediciones modernas que se remontan a los últimos 3 años. Hoy la tasa de homicidios de Medellín está por debajo de la nacional. Además, hemos llegado en los primeros dos años y medio de gobierno a 87 días sin homicidios".
En un Consejo de Seguridad con el presidente Juan Manuel Santos, él sugirió mirar si las cifras de reducción de delitos se deben a los pactos entre las bandas. ¿Qué lectura hace de esto?
“Yo siempre he dicho que los bandidos están haciendo y deshaciendo pactos. El problema para mi no es que haya pactos, el problema es que no los ataquemos y lo que hemos demostrado es que los estamos atacando y la demostración es todo lo que tiene que ver con la disminución de los hechos delictivos, con la creación de elementos para atacar la criminalidad y, fundamentalmente, con las capturas. Hemos tenido récord de capturas en todos los niveles, pero sobre todo en las altas esferas de los grupos criminales. Esto lo que está demostrando es que la institucionalidad ha ganado terreno sobre la criminalidad".
Pasemos al tema del POT. Estamos en un recorrido de 90 días claves y la última vez que vino Diego Restrepo, gerente de Vivienda Segura, a El Colombiano encontramos una zona gris delicada: la separación jurídica entre Alcaldía y curadores, que genera vacíos para incumplir la norma. Restrepo dijo que la oficina de vivienda segura busca solucionar ese problema.
“Yo creo que el tema de las Curadurías, indudablemente, quedó mal armado. Pero ese es un tema legislativo, no es del ordenamiento municipal, por eso nosotros hemos propuesto trabajar con el Gobierno Nacional un proyecto de Ley que deberá volver al Congreso para hacer los ajustes en la dirección de la vivienda segura. Sucede que la gente tiene una gran desinformación, yo no soy el jefe de los curadores, no tengo prerrogativas disciplinarias con ellos, no son funcionarios de la Alcaldía de Medellín. Repito, eso tiene que ver con el orden nacional y con la Ley. Entonces, nosotros estamos trabajando en dos frentes: uno, la creación de la Gerencia de Vivienda Segura, para que trabajen en la protección y el restablecimiento de los derechos de los ciudadanos que ya han sido afectados por viviendas con problemas y para que trabaje en el marco que a nivel nacional y municipal debamos proponer para garantizar la vivienda segura. Y en ese orden de ideas, el otro frente es el POT y ahí haremos todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar la vivienda segura. Sin embargo, no podemos invadir la competencia nacional, ni invadir competencias de los curadores, aún cuando estamos convencidos de que están siendo cumplidas con reparos".
¿Cómo garantizar que el nuevo POT sea un ejecicio, no del más fuerte, sino de ganancia colectiva para Medellín?
“Hemos venido muy responsablemente trabajando por más de dos años en la construcción del proyecto que entregamos al Concejo de la ciudad. El primer elemento básico para garantizar que el POT sea lo más equilibrado posible es la participación ciudadana. Este POT ha sido discutido en foros, en reuniones, hemos ido a los territorios, tuvimos todo el trámite legal con Corantioquia, con el Área Metropolitana y con el Consejo Territorial de Planeación. O sea, ha habido una gran discusión, pero ahora tiene tres meses más el Concejo de la ciudad. El segundo punto es garantizar que vamos a impulsar un POT muy técnico y no político, un POT que esté basado en las líneas que hoy han hecho más carrera en la ciudad en su conjunto y que no son exclusivamente líneas o propuestas o puntos de vista de la administración municipal, sino que son un acumulado de la sociedad. Aspectos como la recuperación del eje del río, como la recuperación de las laderas, el Cinturón Verde y el Jardín Circunvalar, aspectos como la ciudad compacta, las centralidades, la inversión de la pirámide del transporte para privilegiar al peatón y al sistema no motorizado y a los sistemas de transportes públicos masivos... todos esos son elementos de equilibrio que el gobierno municipal ha adquirido, pero que ya son supremamente reconocidas en la sociedad en su conjunto. La discusión pública de los próximos 80 días debe garantizar que se expresen todos los intereses legítimos, pero que a lo último prevalezca el interés común y creo que hemos logrado un POT muy equilibrado en ese sentido”.
¿Qué inversiones y proyectos va a tener la ciudad para lograr invertir la pirámide de la movilidad y darle prelación al peatón?
“Nosotros hemos venido invirtiendo fuértemente en el tema de la bicicleta como transporte público y lo hemos venido haciendo en llave con el Área Metropolitana y con el programa Encicla, integrándolo al transporte masivo. Vamos a seguir apostándole a ello, la inversión que tiene que ver con la Alcaldía de Medellín de ese rubro de bicicleta pública, ciclorrutas, superará por mucho los 150 mil millones de pesos, porque a ese proyecto están integrados los megaproyectos del Parque del Río Medellín, el cinturón Verde y el Jardín Circunvalar que tienen como columna vertebral ciclorrutas”.
¿Cuándo será la demolición de las cuatro torres que restan de Space? Y ¿qué responde usted a Álvaro Villegas, socio de CDO, cuando afirma que hay animadversión por parte del Alcalde a CDO y lo atribuye a viejas rencillas políticas entre ambos cuando ambos fueron candidatos a la Gobernación?
“Yo he sido muy prudente porque, le digo con toda franqueza, creo que la dimensión de esta tragedia y de esta crisis lo amerita. Yo creo que no tendría ninguna presentación contestar a esas provocaciones, cuando aquí hubo personas que murieron y cientos perdieron su patrimonio. No creo que la responsabilidad que yo tengo es con ellos y con la ciudad entera y eso lo hemos demostrado, nuestra ruta ha sido la protección a la vida, el restablecimiento del patrimonio de los afectados y en eso continuaremos, sin excesos, pero sin debilidades y con el norte de que la ciudad salga fortalecida de esta dificultad que ha vivido".
¿Qué lo deja satisfecho en sus 32 meses de gobierno?
“Es una recta final muy larga. Tenemos muchos retos por delante y logros que mostrar. Hasta el momento lo que más me satisface es que miro mi discurso de posesión y miro el Plan de Desarrollo y veo que hay coherencia entre lo que propusimos y lo que estamos haciendo. Una cosa que me ha obsesionado como funcionario público es cumplir, no es hacer todo, que es imposible hacer, sino cumplir los compromisos que se adquirieron con los ciudadanos”.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6