Estados Unidos empieza a juntar a sus aliados para impulsar un inminente ataque contra el régimen del presidente de Siria, Bashar Al Asad.
A pesar de que aún no se conoce la decisión final del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el secretario de Defensa de ese país, Chuck Hagel, indicó que las fuerzas armadas están listas para cualquier acción en cualquier momento.
En entrevista a medios británicos, Hagel agregó que la armada estadounidense tiene cuatro destructores y aviones en la zona oriental del Mediterráneo, en un radio que podría alcanzar objetivos sirios.
En la misma línea el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó en rueda de prensa que Obama está próximo a tomar una decisión sobre Siria, pero que en todo caso habrá "una respuesta adecuada" que se anunciará después de hablar con los países aliados.
Los movimientos también se han visto en Inglaterra y Francia, miembros de la Otan, lo que muestra la urgencia con que se está manejando el tema entre los occidentales.
El presidente de Francia, François Hollande, en un gesto diplomático contundente se reunirá mañana con el presidente de la Coalición Nacional Siria Ahmad Yarba, opositora al régimen de Asad.
Hollande precisó a Efe que la decisión de intervenir se va a tomar en los próximos días, y en referencia a las conocidas dificultades para movilizar al Consejo de Seguridad de la ONU, aseguró a Efe que "el derecho internacional no puede ser un pretexto para dejar que se perpetren masacres en masa".
Por el lado inglés, el primer ministro David Camerón, decidió acortar las vacaciones en las que estaba para convocar, para mañana, una sesión especial del Parlamento, para que sean los diputados quienes se pronuncien sobre "cuál será la respuesta del Reino Unido".
Mientras tanto, comentó un portavoz de Cameron, "estamos preparando planes de contingencia para las fuerzas armadas".
Alemania es tal vez el aliado que podría salirse del libreto americano, todo por la división interna entre la impopularidad de la guerra, que según las encuestas llega al 70 por ciento, y las reacciones frente un crimen internacional como es el uso de armas químicas.
Mientras tanto Siria, a través del ministro de Relaciones Exteriores, Walid al-Moualem, aseguró que una intervención ayudaría a al Qaeda. "Los líderes occidentales se engañan a sí mismos".
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