Dedicarse 24 horas a crear es una opción que se planteó en serio Manuela Betancourt, una artista plástica que recién expuso su primera muestra individual en la Biblioteca Pública Piloto, llamada Fuera de foco.
Con este trabajo al que le dedicó un año, y en el que logró reunir 55 piezas en las que se recrea el óleo o se deja ver la tinta sumi y pincel en papel de archivo, logró plasmar una metáfora para la memoria y los recuerdos que se olvidan.
"Ya arranqué; no puedo perder el impulso", explica. Esta experiencia, además, le planteó un reto y le dejó varias lecciones. Entre ellas, le reafirmó la convicción de que "la inspiración llega cuando estás trabajando".
Manuela quiere hacer un recorrido con mucho de aprendizaje. Por eso, trabaja en un taller de grabado, para aprender esta y otras técnicas. Y quiere hacerlo sin creerse el cuento de que por el solo hecho de ser artista, se es alguien especial.
Es un oficio que requiere de disciplina, de conocimiento de la técnica y de una férrea disposición, dijo.
El arte es cuestión de sensibilidad, dice. No hay nada que entender. Allí se comunica con quienes quieren comprar las obras que ella vende a precios asequibles.
Aunque exploró otras vertientes como la moda, e incluso llegó a crear y confeccionar ropa, decidió dejarlo atrás para dedicarse de lleno a lo que le apasiona.
Con 28 años, Manuela quiere dedicarse a la pintura y el dibujo, por completo. Una manera de reafirmar que el arte tiene su tiempo pero también su compromiso.
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