Siete años de esfuerzos de Luis Fernando Jaramillo para levantar su casa, hace ocho días se fueron a pique, pues una quebrada se creció y arrasó sin piedad con su vivienda.
Él, que compró adobe tras adobe hasta sumar los suficientes para ponerle muros al lote que compró en 2003, ahora se ve ahí, de repente sin nada y con sus 4 hijos, prácticamente en la calle.
Cuenta que llegó al barrio Los Alpes, de Bello, ilusionado con el lote y con labrar un futuro para sus pequeños y su esposa Johanna. Su proyecto iba bien: tenía casa y de vendedor ambulante ganaba lo necesario para levantarlos con dignidad.
Sólo que en su afán de progresar, cometió un error: hizo su casa a la orilla de una quebrada que allí llaman La Merizalde. Y ésta, que no se había embravecido, el miércoles 23, a las 12:30 p.m., reventó con furia y arrasó con parte de su casa y todo lo que había adentro, también con los enseres de varias casas vecinas, cuyas familias están desechas porque quedaron en la ruina. Y en riesgo
-Hice esto con mucho esfuerzo y quedé sin nada, unos vecinos me dieron posada, pero no pueden más, también son pobres-.
Luis reclama una solución de vivienda, pues es un hombre trabajador que quiere luchar por su prole.
-No es delito ser pobre, si hubiera tenido dónde hacer mi casa que no fuera ahí lo habría hecho, pero es lo que tengo-, dice y soba la cabecita de su bebé de dos meses.
Su vecina, Bertha Jaramillo, madre de dos hijos, tiene media casa en el piso y media en el aire. Si ella o sus pequeños dan un paso en falso, les puede pasar lo peor: caer a la quebrada.
-Me dicen que debo desalojar, ¿pero para dónde?-.
Rosa Elvira Cuartas, una líder cansada de luchar para que les ayuden, comparte la preocupación. Dice que han ido a la Alcaldía a denunciar el peligro de un morro que se ha ido viniendo y que también amenaza las casas, pero no les paran bolas.
Otra afectada es la familia de Romelia García, un clan de 10 personas desplazado de San Vicente y que ve inminente un segundo exilio.
-Quedamos en la calle, me trajeron colchonetas y ollas, ¿pero eso para qué si no tengo qué cocinar ni dónde poner las colchonetas?-.
En el sector, en la carrera 55B con calle 66, esperan que la Alcaldía llegue con ayudas de fondo. El agua les dañó neveras y estufas.
Y como arrastró hasta los cuadernos y los uniformes de los niños, el retorno a clases está en duda. Todo está en duda, la incertidumbre es total en Los Alpes.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6