La sala de computadores y la de juegos se convirtieron en los lugares preferidos de la Villa Olímpica por los regatistas para matar el tiempo entre regata y regata o cuando tienen que esperar, tal y como ocurrió este jueves, la anulación oficial de las pruebas.
La Villa Olímpica donde se alojan los regatistas dispone de una gran sala con unos treinta computadores con acceso gratuito a Internet, es aprovechada por todos los regatistas para pasar el tiempo cuando no están en el agua, tanto en entrenamientos como en competición.
La Villa, que tras los Juegos Olímpicos y Paralímpicos se convertirá en un hotel de lujo que presidirá el futuro Club Náutico en el que se convertirán las actuales instalaciones que acogen la vela, también dispone de una piscina cubierta y de una amplia sala de gimnasia, dotada con los últimos aparatos de preparación física.
Los regatistas también recurren para combatir el aburrimiento a la sala de juegos, con material para jugar al tenis de mesa, dos billares y varios futbolines, en los que se disputan enconados torneos.
Las instalaciones, a las que se accede a través de una amplia recepción en la que se puede oír música tradicional china en directo, cuenta con un amplio comedor de cocina internacional y local, banco y servicios postales, así como una lavandería y varias salas donde los entrenadores pueden llevar a cabo sus charlas tácticas.