Por primera vez en 78 años, el partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ganó unas elecciones en su propia región al llevarse el 23,67% de los votos en los recientes comicios para el Parlamento Europeo. Fueron, además, unas elecciones catalanas muy concurridas con un 47,4% de participación. Estas cifras permiten concluir que el proceso independentista catalán va en serio y que el referéndum, impulsado por partidos soberanistas como ERC y CiU, podría ser la gran noticia política de Europa este año.
Con este panorama despejado, el portavoz adjunto de ERC, Oriol Amorós i March, se muestra satisfecho con la abdicación del Rey pero inconforme con el hecho de que la institución monárquica continúe “en pleno siglo XXI”. Seguro de que el referéndum dará la victoria al proceso soberanista, Amorós se muestra solidario con los españoles que quieran luchar por una nueva república a nivel estatal.
¿Con la abdicación del Rey cambiará en algo la situación catalana?
No. Cataluña ya ha decidido que el 9 de noviembre saldrá a elegir en un referéndum cuál es el modelo de país que quiere y, de nuestra parte, hemos decidido que queremos una república. Ahora lo que se plantea es una sucesión dinástica en pleno siglo XXI en el estado español. Nosotros, como ERC, nos solidarizamos con los republicanos españoles que quieran decidir en libertad y en democracia. Por tanto si se plantea un referéndum o una consulta sobre la forma de gobierno en España, nosotros apoyaremos desde aquí.
¿El príncipe Felipe entiende el proceso catalán?
Diría que no, porque las expresiones y las declaraciones que ha hecho hasta ahora hacen suponer que no habrá ningún cambio ni ninguna apertura respecto a un derecho fundamental como es el de que los ciudadanos decidan su futuro. Si el señor Felipe de Borbón quiere ser jefe de Estado tendría que someterse a unas elecciones para conocer cuál es su programa y su proyecto, pero que llegue a la jefatura del estado en pleno siglo XXI a través de la sucesión dinástica, para nosotros es inexplicable
En su discurso, el Rey hizo alusión a su padre como Conde de Barcelona y dijo que su hijo garantizaría la estabilidad del Estado. ¿Este es un mensaje para Cataluña?
En estas situaciones, a las palabras siempre se les intenta dar un segundo o tercer sentido pero desde mi punto de vista, mi valoración es que no ha dicho gran cosa. Si este señor quiere decir algo nuevo que lo diga, pero no a partir de gestos o alusiones. Esto no es lo que los catalanes queremos en estos momentos. Los catalanes quieren decidir su futuro en libertad, en la urna y mediante el voto. Ésta es nuestra demanda y es lo que haremos.
¿Le tomó por sorpresa la noticia?
Por supuesto. No lo esperábamos. Sabíamos que lo estaba pensando y que el anuncio podría darse este año o el próximo pero no había nada seguro. No teníamos ningún indicio de que lo haría ahora. Es probable que ahora aprovechen el cambio en el Estado para promover la figura del ciudadano Felipe de Borbón como una nueva imagen, más moderna, pero esto no lo valoramos.
¿Los resultados de las elecciones europeas pudieron influir en la aceleración del anuncio?
Estos resultados fueron un toque de alerta muy claro para todos, porque los catalanes dijeron que querían votar. Las fuerzas partidarias del derecho a decidir subieron de un 37% a un 61% de los votos mientras que las fuerzas contrarias al derecho a decidir bajaron sus porcentajes de 20% a 17%. Cataluña ha dejado un mensaje muy claro.
¿Es probable que el Rey haya abdicado ahora porque el año entrante no tendría el apoyo de un parlamento bipartidista?
Esta es una especulación. Evidentemente la monarquía es una institución en crisis y la sociedad la viene cuestionando.
¿Qué opina de las manifestaciones en España a favor de una república?
El próximo 9 de noviembre, seguro, el referéndum proclamará la república catalana. Ahora bien, si los españoles quieren promover un referéndum a favor de una república, no lo impulsaremos nosotros como partido independentista, pero sí le daríamos apoyo por solidaridad.
¿Cuál es su opinión personal sobre el Rey?
Es un señor con capacidades un poco discutibles, le ha tocado ejercer como símbolo en un momento histórico determinado de España, y al final le ha pasado lo que le pasa a todas las instituciones que no están sometidas al escrutinio y al control democrático, y es que acaban teniendo mucha corrupción a su alrededor. Ya no hablamos solo de que la monarquía es una institución medieval sino del comportamiento corrupto y la falta de transparencia de la familia real. Esta familia, como cualquier familia, debería buscarse un trabajo.
