Una mujer joven e intelectual, de gafas y peinado conservador, subió a la tarima en medio de aplausos.
Nadie la conocía más allá de su estado de Alaska donde es gobernadora y su natal pueblo de Wasilla en el que fue alcaldesa prematura.
John McCain aplaudía a rabiar y entre los gritos de la multitud le informaba al mundo entero que se llamaba Sarah Palin y era la escogida para ser su fórmula vicepresidencial. Una bomba política nacía.
McCain daba un golpe certero de opinión como ha estado acostumbrado toda su vida y las encuestas, que hasta ese momento favorecían a Barack Obama, giraron a su favor. Pero era sol de un día.
Ha pasado poco más de dos meses desde esa histórica mañana y si hoy en la noche, como lo anticipan las encuestas, el conteo de votos le da el triunfo como nuevo presidente de E.U. a Barack Obama, McCain recordará esa presentación de Palin como el momento en el que perdió la oportunidad de ser el hombre más poderoso del mundo.
Quizá también crucen por su mente un par de salidas en falso como el intento de cancelar su campaña por el huracán Gustav o el amague de no asistir al primer debate presidencial pero sin duda el papel protagónico (y casi siempre negativo) de Sarah Palin fue el lastre que no le permitió al veterano de Vietnam y de 72 años mostrar una cara de cambio.
Parece paradójico que la parte joven de la campaña republicana se convirtiera en el ala conservadora y recalcitrante. La cara que inspira menos oportunidades de transformación para un pueblo que vive un momento coyuntural histórico.
Su imagen fresca duró menos que su discurso de aceptación de campaña. Se supo de su amor a las armas, de sus enredos por abuso de poder y de su desconocimiento en política internacional.
Los estadounidenses que veían a Obama muy poco preparado para ser el sucesor de George W. Bush sintieron físico pánico de que McCain, agotado como se ve en los discursos, pudiera morir en medio de su mandato presidencial. ¿Y quedar en manos de Palin?, preguntaron. Es arriesgar demasiado, respondieron.
La misma campaña republicana filtró a los medios de comunicación que Palin se salió de los parámetros. Que no hace caso. Que es una bomba interna que no jala para el mismo lado.
Palin 2012, ya rezan algunos botones que cargan sus partidarios. Y esa podría ser la razón de su comportamiento individual. Quiere ser presidenta dentro de cuatro años.
Puede que las encuestas se equivoquen. Que se presente el temido efecto Bradley que asegura que muchos dicen que votarán por un negro para no parecer racistas pero luego, en la urna, cambian su voto.
Es probable que eso pase. McCain rezará por ello. De lo contrario recordará a Palin como el mayor error político de su veterana carrera.
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