Coco hizo las veces de técnico, mientras Bamba estiraba el cuello haciendo una especie de paneo en la tribuna para decir: "qué cuca, el fútbol se ve muy diferente en preferencia".
Juntos al estadio nunca habían ido por la sencilla razón de que Coco tiene herencia verde, gusto que cambió por culpa de Jackson Martínez, quien, con sus goles, le hace recordar la infancia a este hincha que se cansó de hacer goles en el otrora Babyfútbol.
Bamba, rojo desde que tiene uso de razón, no iba al Atanasio Girardot hacía ocho años y siempre acudía a Rexixtenxia por pasión y economía, pues pagar 38.000 pesos en occidental casi que le producía una pena moral.
Coco le dicen, pero su nombre es Oswaldo. Bamba, como lo bautizaron en el fútbol aficionado de Robledo, se llama Álex. De chicos también andaban juntos, pero cuando cumplieron la mayoría de edad estos hermanos Sánchez se habían separado hasta que los unió el amor por el DIM.
Gracias a dos pases de cortesía que recibieron de regalo, revivieron su infancia haciéndole fuerza al mismo equipo, así de niños el uno siguiera a Nacional y el otro a Medellín.
"Pero mirá que monstruo es Choronta", le insistía Bamba a su hermano, quien, sin dejar de insistir en la urgencia de romper la doble línea de cuatro del Real, le replicó diciéndole: "más figura es Jackson, que hace dos años era el más malo y ahora es el que masifica la pasión roja con sus goles y jugadotas".
Al son del coro "azul y rojo hasta el fin" , de la canción de Alfredo Gutiérrez y con los repetidos " ole, ole " que retumbaron en el escenario, Oswaldo y Álex se gozaron en familia la nueva presentación del poderoso, que les premió su acompañamiento con la victoria cómoda para ratificar su buen presente.
Bamba dejó de echarle flores al técnico Leonel Álvarez cuando Jackson hizo el segundo gol para recalcar: "periodista, apunte, con tanto fútbol ese Choronta sí que es un capo y Jackson es el mejor de este país, así lleve ocho días sin dormir".
Oswaldo prefirió poner a prueba a los demás hinchas, que respondieron llegando en masa al estadio y contagiando de alegría a los jugadores, preguntándoles: ¿qué nos falta para clasificar?
Quienes los rodeaban casi que contestaron en coro: "sacarle un punto al Junior en Barranquilla". Y como para acabar de teñir este diciembre de rojo y "jugando fútbol del bueno", como dice la canción, Bamba y Coco salieron del estadio pensando lo mismo: la clasificación del equipo de sus amores está cerca.
Pico y Placa Medellín
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