Medellín vive, por estos días, un agradable clima comercial. Se siente la frescura de los nuevos espacios. Se percibe el optimismo propio de una ciudad pujante, con nuevos emprendimientos empresariales, y que tiene en la construcción y en el comercio, a dos de los grandes generadores de empleo y de progreso.
Una suerte de "primavera comercial" hace la diferencia en la ciudad. Desde hace varias semanas damos cuenta de aperturas de nuevos locales en espacios tradicionales, como Los Molinos, en Belén, y El Tesoro, en El Poblado. Y hemos registrado con agrado la inauguración del centro comercial Gran Plaza, en el sector de Guayaquil, en la Plaza Cisneros, y de Río Sur, en la Milla de Oro, una propuesta que fusiona diseño, comercio y entretenimiento.
Los Molinos, por ejemplo, inauguró su tercera etapa, lo que le permitió abrir 90 nuevos locales comerciales y la creación de 500 empleos directos, que se suman a los 1.300 actuales.
Allí, además de aportar a la economía y bienestar de la amplia zona de Belén, se expande la propuesta con sedes de gran formato, como EPS Sura, Comfama y la tienda chilena La Polar.
Río Sur ofrece una interesante mezcla de almacenes y restaurantes que ha tenido notable acogida. Su arquitectura de vanguardia, en el sector de El Poblado, se ha convertido en punto de encuentro. Por su parte, Gran Plaza llegó hace tres semanas al territorio más tradicional del comercio urbano: Guayaquil. En una moderna construcción, 183 locales les proponen a los visitantes una experiencia al estilo de los grandes centros comerciales: locales de buen tamaño, grandes marcas y zona de comidas.
Ese buen estado de salud del sector también palpita en el Parque Comercial El Tesoro, que abre hoy al público su nueva etapa, con la habilitación de 80 locales, en los que hacen presencia marcas que debutan en el país, como una señal de confianza hacia un mercado que, claramente, responde en términos de demanda, cuando existe una oferta variada y atractiva.
Una percepción que se ratifica en las cifras: un informe del Observatorio de Moda Inexmoda-Raddar, señaló que el consumo de vestuario alcanzó $858.885 millones en agosto, lo que implicó un incremento del 15,34 por ciento frente al mismo mes de 2010.
Imaginar que por cada local se generan por lo menos tres nuevos empleos y que hay un buen comportamiento en el consumo de los hogares, no puede menos que llenarnos de orgullo y satisfacción. Estos fenómenos van más allá de la lógica de la oferta y la demanda. Son la señal inequívoca de una economía sana, que va por buen camino y que, sin duda y sin modestias, es ejemplo en el hemisferio.
Y el ambiente de diciembre no puede quedar por fuera de este agradable panorama, toda vez que los centros comerciales de la ciudad, con su programación y sus propuestas son un referente turístico, a los que siempre vale la pena regresar.
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