Es una lástima lo que viene ocurriendo en la Universidad de Antioquia, con brotes esporádicos de protesta, por el control en el ingreso de personas ajenas a la institución.
Y es una pena porque hechos como los ocurridos el martes, opacan otras acciones del Alma Mater para el beneficio de los estudiantes antioqueños, como la ampliación de su subsede en el Oriente.
No puede ser que grupos minoritarios de estudiantes, tras los cuales se escudan intereses diferentes a la academia, desconozcan la decisión que adoptaron más de 34 mil personas que se pronunciaron a favor de una universidad abierta, pero para la formación profesional y la investigación.
Hoy la Universidad trabaja normalmente y ojalá se tomen medidas para agilizar el ingreso de estudiantes, que se hace lento por los pocos lectores electrónicos, y sobre todo para no dar pie a quienes aprovechan cualquier pretexto para atentar contra sus instalaciones.
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