Según la versión cinematográfica de Andrés Baiz, el director caleño, Juan Roa Sierra creía que había nacido para grandes propósitos. Por la puerta trasera terminó asegurando un lugar en la historia nacional, un espacio que de acuerdo con la película Roa podría ser menos tenebroso de lo que se cree.
Mauricio Puentes es el actor que personifica, en su versión más humana, al supuesto asesino de Jorge Eliécer Gaitán. Ajeno a la intención de dar a conocer la verdadera historia de un anónimo, un personaje sobre el cual no hay mayor información, Puentes habló con El Colombiano sobre su interpretación y El Bogotazo, aquel episodio histórico que, según dicen, partió en dos la historia de Colombia.
¿Quién es para usted Juan Roa Sierra?
"Él pasó de ser un hombre desconocido a ser el único culpable de matar el futuro de Colombia, en 1948. Eso es lo único que podemos conocer de Juan, porque realmente no hay documentación. Por eso puedo dibujar a cualquier Juan, porque la gente no tiene un referente. Este es un personaje con una búsqueda humana, lleno de emociones y de cualquier época".
¿Cómo interpretar entonces a un personaje histórico y a la vez anónimo?
"Básicamente, me dediqué a estudiar la época. Parece ser que las personas eran bastante impulsivas. El raciocinio no era la base del pueblo. Se actuaba visceralmente y eso puyaba ese fervor partidista de la época, esa forma sanguínea de vivir la política. Eso sumado a las necesidades por las que hemos pasado todos, el desempleo, el hambre, la necesidad de cariño, la aceptación, esos sueños personales de reconocimiento o grandeza, nos dieron la base de las emociones de Juan".
Para usted, ¿quién mató a Jorge Eliécer Gaitán?
"Ha podido ser cualquiera que tuviera cualquier interés: los sindicalistas, cualquiera de los dos bandos políticos del momento, los inversionistas extranjeros. Hay muchas personas que hubieran querido que Gaitán no llegara al poder porque estaba truncando sus deseos económicos. Es muy difícil poder decir que detrás de esto hubo un grupo particular".
Un encuentro entre Roa y Jorge Eliécer Gaitán proyecta la imagen de un Gaitán hosco, lejano a la idea de salvador de la patria que nos han dado de él...
"Muchas veces uno tiene tan idealizado a un individuo que cree que él verdaderamente como que va a ser el redentor, la persona que te va a sacar de tus problemas. En la película eso nos sirve como un giro para mostrar una de las condiciones que ha podido tener Juan, una de las condiciones de las que se habla históricamente, porque Juan sí fue a pedirle en algún momento, dentro de lo que está escrito, una especie de petición a Gaitán, de que le diera trabajo".
¿Cómo fue proyectar la Bogotá de los años 40?
"El trabajo de arte fue exigente porque no es fácil conseguir lo que queda de la Bogotá de ese momento. Recordemos que en el 48 Bogotá queda destruida casi por completo. Se buscaron barrios como La Soledad, La Merced, Teusaquillo, Santa Teresita, Palermo. Hubo que limpiar de grafitis media Bogotá porque la ciudad ya se expresa en los muros".
¿Cuál reflexión quisiera que los espectadores hicieran al ver Roa?
"Pienso que El Bogotazo fue la puerta de entrada para lo que vivimos hoy en día, es el inicio de la validación nuestra de la barbarie. Validamos que la mejor manera de solucionar algo, cuando no se está de acuerdo con nuestros ideales, sencillamente es borrar al que esté poniendo problema. Creo que lo interesante de todo esto es que antes de crucificar a alguien, de hacerlo una víctima porque alguien dice que es culpable, nos detengamos a pensar si realmente lo es o qué motivos lo están impulsando. Me gustaría que las nuevas generaciones, los que están hoy en día asumiendo toda esta situación de cuidar los recursos, los arbolitos y los caballos, que también piensen que el humano es un recurso que se está acabando".
¿Cuál ha sido el papel del director de teatro Fabio Rubiano en su carrera como actor?
"Fue mi primer director de teatro profesional, que me enseñó y permitió estar arriba de un escenario. Yo le tengo un agradecimiento y cariño total. Me parece que es uno de los directores con más trayectoria, que ha dejado una huella de su estética, de su persona, de lo que quiere transmitir desde su teatro Petra. Además, creo que es una de las pocas industrias de teatro que se mantiene viva, generando condiciones nuevas con su estilo propio, con una crítica social".
¿Qué se viene después de interpretar a Roa?
"Yo soy un fanático de las emociones, de la emoción y la adrenalina que significa actuar. Para mí, es una responsabilidad, es asumir la vida de otra persona y poderlo reflejar en cualquier tipo de escenario, llámese televisión, cine o teatro. Me llegaron un par de ofertas con el Festival de Cine de Cartagena, que cuando estén más firmes las contaré".
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