Confieso que no voté por Antanas Mockus y me arrepentí. Siempre me equivoco eligiendo. Claro que si hubiera colaborado con el votico y lo hubiéramos elegido, hoy Antanas estaría cumpliendo la Constitución y probablemente, por petición del Juez de Sucumbíos, ya habría extraditado a Santos a Ecuador.
Para reemplazar a Samuel Moreno, Antanas Presidente, solo aceptaría una terna conformada por una monja, un cura y el Procurador.
Debí votar por Antanas, no sólo porque cumple lo que promete, sino porque es honrado, limpio, diáfano y casto.
Álvaro Uribe, esta semana, entendió que nunca llegará a ser dios, porque no es tan honorable como el Beato Antanas.
Antanas, como sabe que es mi dios, advirtió que durante el desarrollo de la candidatura de Enrique Peñalosa no compartirá tarima con Uribe y, cual mozo ofendido, le pidió a Peñalosa que eligiera entre Uribe o él. Mockus, el inmaculado, parece insinuar que Uribe no tiene la talla moral para acompañarlo en la tarima.
Hoy, Antanas dice que no se subirá en la misma tarima con Uribe. Se le olvida que antes de subir al cielo, participaba en la vida mundana y hacía el ridículo en la tarima: A diferencia de Mockus, Uribe no mostraba su trasero en una tarima, ni se disfrazaba de chapulín, ni se casaba montado en un elefante. Uribe, cuando perdía, no se subía a la tarima a cantar estribillos descalificando el triunfo de millones de colombianos, diciendo: "Yo vine porque quise...".
Probablemente Antanas, por sus múltiples ocupaciones divinas, olvidó que contrariando su "No todo vale" en campaña presidencial, fue a hablar con Uribe y le prometió cuidar sus tres huevitos. Se le olvidó a Mockus que, refiriéndose a los logros de Uribe, dijo que había que construir sobre lo construido.
No recuerda Antanas que en la búsqueda de votos subía a la tarima y hablaba, se contradecía y caía en las encuestas. Se le escapa a Mockus que él mismo, en la tarima, desinfló la "ola verde" y se autonombró como el jefe del departamento de autogoles del Partido Verde.
Se le olvidó a Mockus que si algún día llega a ser grande como Uribe y se gana el respaldo de los colombianos, podrá ser presidente y deberá sentarse con Uribe en la Comisión de Relaciones Exteriores.
Mockus prometió no subirse en la tarima con Uribe, la persona que permitió que los políticos se pudieran volver a subir a la tarima.
Se le olvidó a Mockus que antes de Uribe, por miedo a los terroristas, los políticos no podían subirse a la tarima.
Lamentablemente, Mockus un día resolvió dejar sus buenas ideas y se dedicó a sembrar dudas acerca de sus contendores.
De no retomar el camino de las propuestas, Antanas no podrá compartir con Uribe la tarima de los expresidentes.
Como todo vale y los votos valen, Peñalosa y algunos verdes, probablemente, aceptarán el respaldo de Uribe. Veremos entonces si Mockus cumple sus promesas y se aleja de la candidatura de Peñalosa. El mismo Mockus fue quien dijo: "o Uribe o yo".
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