A sus cuatro años, David Estiven estaba más que orgulloso con la chiva que le construyó su papá para el desfile en el Jardín Infantil Sagrado Corazón de Jesús.
Él, junto con buena parte de los 70 compañeritos del jardín ocuparon ayer una manzana en el barrio Calasanz, donde fueron los protagonistas del desfile de autos que año tras año realizan las directivas desde hace más de una década, gracias a la colaboración de los padres de familia, quienes ayudan a los pequeños en la construcción de sus autos.
"Durante esta semana les programamos tres actividades que se relacionan directamente con la Feria de las Flores para aprovechar, a través de la lúdica, la enseñanza de nuestras tradiciones", destacó Marta Elena Zea, directora del centro educativo.
Este año el énfasis estuvo en las trovas que se aprendieron el miércoles; los autos clásicos que desfilaron ayer y el desfile de la antioqueñidad que protagonizarán hoy.
Valores
Una actividad similar la programan las directivas del jardín infantil Alegres Personitas, cerca de Unicentro.
Si bien la programación de feria la realizan desde cuando iniciaron operaciones hace tres años, la acogida ha sido total.
"La llamamos la Feria de la Antioqueñidad, y el propósito es rescatar nuestros valores y tradiciones antioqueñas. Que aprendan, desde pequeños, jugando, la importancia de nuestras raíces", manifestó Mariana Valencia, directora plantel.
La mayoría de los 60 niños que aquí asisten gozaron de lo lindo durante su desfile por el parque, con modernos y sofisticados autos hechos por sus padres e incluso abuelas, como Evelys Vertel, quien diseñó el modelo NKN 160 de su nieto José Miguel Dchamps, y le hizo la silleta para el desfile de hoy.
Junto a él iban Mariana Alzate en un moderno Willys y Valentina Gómez, conduciendo un Volkswagen.
Gran sensación causó también el auto en madera de Juan José Rave, obra de Héctor Rave, su papá, quien confesó que es un gomoso de las manualidades en madera.
Por suerte, todos condujeron con sumo cuidado.
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