El derecho o el sueño de una casa propia es quizás la obsesión dominante para la mayoría del pueblo colombiano.
No importa si es grande o pequeña; humilde o suntuosa, todos, sin excepción, gozamos con la posibilidad de tener un techo bajo el cielo donde protegernos, pasar la noche, enamorarnos, soñar y proteger a nuestras familias y seres queridos.
Por ello, no es de extrañar el júbilo, incluso hasta las lágrimas, de algunos de los 68 nuevos propietarios de apartamentos en la urbanización Cantares, entregados el pasado miércoles.
La obra fue posible gracias a una alianza público-privada, entre la Alcaldía de Medellín, que facilitó el lote y entregó subsidios en dinero y especie a las familias y Coninsa Ramón H. empresa que gerenció, promovió, vendió y entregó los apartamentos a familias, muchas de las cuales veían la casa propia como un imposible histórico por su situación económica.
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