Maestro fundamental de Antioquia y Colombia toda, León Posada Saldarriaga, ha partido.
Quienes lo acompañaron hasta su instante final comentan que se fue invicto, lúcido, rodeado de amor y de colores; que simplemente cerró los ojos para ir más allá, al lado de Eladio Vélez, Pedro Nel Gómez... en ese nuevo fresco de la eternidad.
Quedan huérfanas la luz y la penumbra. Era inmensa la mayoría que se extasiaba con sus himnos a la veta desnuda del color, quien escribe perdía el aliento con sus penumbras.
Entre óleos y acuarelas, que es como vivir en el cielo, dio usted maestro 87 veces la vuelta al sol antes de descansar. Del mensaje que siempre quiso dejar quedan su alegría por la vida; sus cánticos a la naturaleza y sus sinfonías de luz, enmarcadas en su obra artística. Gracias por su inspiración, paz en su tumba.
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