El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, promulgó ayer una reforma constitucional que permitirá reforzar la lucha contra la corrupción, un flagelo que se calcula genera unos costos para el país equivalentes al gasto destinado a la educación.
Esta reforma, que fortalece los mecanismos institucionales para que la acción pública sea más transparente y eficaz, tuvo un largo proceso legislativo, porque tardó más de un año en que se completara el trámite en el Parlamento.
Peña Nieto, al firmar el documento que promulga la reforma, reconoció que el debate había sido "intenso y complejo", pero destacó que permite fijar un "andamiaje legal e institucional de avanzada".
La normativa, crea un organismo de transparencia, de acceso a la información pública y de rendición de cuentas, que extiende la vigilancia a más instituciones que reciben fondos públicos
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