Venezuela, como ocurrió con otros nueve narcotraficantes colombianos desde 2008, también fue último refugio que encontró Daniel “el Loco” Barrera para escapar de la persecución de las autoridades. Pero su escondite en San Cristóbal (Táchira) fue descubierto y ayer fue capturado, quien es considerado como el último capo colombiano.
El narco, que se había convertido en la obsesión para la Policía, como varias veces lo admitió el general (r) Óscar Naranjo, fue apresado en la tarde ayer en una cabina telefónica, en plena vía pública.
El general Roberto León Riaño, director de la Policía, explicó anoche desde Washington, que ese era su método de comunicación con su organización, “ya que desconfiaba de cualquier otro medio” para no ser interceptado. “Estaba solo y no opuso resistencia”, agregó el oficial.
La noticia de la captura fue dada a conocer anoche por el presidente Juan Manuel Santos, quien aseguró que “ha caído el último de los grandes capos, el capo más buscado de los últimos tiempos”. El mandatario reveló que en la captura participaron la Policía colombiana, las autoridades de Venezuela, así como las agencias de inteligencia británicas y la CIA.
Incluso, el director de la Policía viajó en los últimos días a Washington junto con el coronel Jorge Vargas , jefe de Inteligencia, para coordinar el operativo contra el narcotraficante. Sin entrar en detalles, León Riaño dijo “se requería una ayuda técnica especializada” para completar las tareas que permitieron ubicar a Barrera en Venezuela. El presidente Santos vinculó al “loco Barrera” con antiguos grupos paramilitares que hicieron presencia en los Llanos Orientales y 15 frentes de las Farc dedicados a la producción y tráfico de narcóticos en Meta, Guaviare y Putumayo.
Tras “el Loco”
En el 2008 el nombre de Barrera salió a relucir como uno de los grandes capos del narcotráfico del país. Según inteligencia policial, desde ese año fueron desmanteladas redes a su servicio integradas por narcotraficantes y pilotos que transportaban la droga a través de Centroamérica.
La semana pasada, en Bogotá y Villavicencio se estrechó el cerco cuando la Policía Antinarcóticos capturó a ocho integrantes de una disidencia de la banda criminal Erpac, al servicio del narcotraficante. En el operativo, la policía filmó a una mujer que se tragó un documento que contenía la dirección de Barrera. El capturado fue jefe del fallecido Oliverio Guerrero, alias “Cuchillo”.
Al “loco Barrera” se le acusa del envío de grandes cantidades de cocaína a E.U. y de múltiples asesinatos de grupos rivales en los Llanos Orientales. Por la captura Barrera E.U. pagará una recompensa de 5 millones de dólares y el Gobierno colombiano 5 mil millones de pesos.
Analistas aseguraron que esta captura no es gratuita porque el país vecino está en plena campaña electoral. Darío Acevedo , analista político, dijo que “lo relevante es la época en la que se da esta captura, que es época electoral” y que confirma que este país es refugio de capos.
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