Todos los ejercicios de planeación del país y la región a largo plazo identifican la necesidad de mejorar la competitividad y la calidad de vida de la población, a través de proyectos que necesitan ingenieros desde su identificación hasta su planeación, diseño, ejecución y operación.
Hoy se hace ingeniería con las finanzas, con las variables sociales, con la información de mercado, con las variables biológicas, con la información, con las señales, con las organizaciones, con los materiales, con los procesos, con las redes, con la logística, con la salud.
Ingeniería desde el campo, desde las oficinas, desde las construcciones, desde las plantas industriales, desde las poblaciones de todos los tamaños, desde los hospitales, desde los estadios, desde los puertos, desde las montañas, desde los ríos, desde Colombia y desde el exterior.
Todo ingeniero se puede desempeñar desde la identificación de problemas y oportunidades, hasta la formulación, diseño y ejecución de soluciones. La ingeniería no es sólo cascos, botas y construcción.
Existen muchas que combinan disciplinas y que permiten a los futuros profesionales aprovechar su curiosidad, su cercanía a la tecnología, su acceso a la información, su sensibilidad por el medio ambiente, su visión global y sus potencialidades.
La ingeniería tradicional está llena de desafíos por la necesidad de mejorar procesos, integrar tecnologías que avanzan todos los días, mejorar los modelos con base en la observación de la realidad con instrumentos y formas cada vez más cercanas y menos costosas de detección, integrar cada vez mejor todas las variables sociales, económicas y ambientales a todo tipo de solución.
En un mundo donde escasean los recursos naturales, la ingeniería es fundamental para propiciar un desarrollo sostenible, que represente una mejor calidad de vida para la sociedad y que permita racionalizar el uso de tales recursos para dejar a las próximas generaciones un país que aún brinde las oportunidades que tenemos hoy.
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